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LAS HERIDAS DE JESÚSUn sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr. “Les mostró las manos y los pies” (Lucas 24:40). |
Voy a predicar sobre las heridas de Jesús. Él había sido clavado en una Cruz. Todavía había agujeros en Sus manos y pies después de resucitar de entre los muertos. Les mostró esas heridas después de levantarse. Él había sido clavado en la Cruz para pagar la pena completa por tu pecado. La única forma en que puedes ser salvo de tu pecado es venir a Jesús y confiar en Él.
Pero nunca confiarás en Jesús hasta que te sientas culpable de pecado. Intentarás salvarte a ti mismo convirtiéndote en una mejor persona. Pero no quieres admitir que eres un pecador perdido. No quieres admitir que Jesús es el único que puede salvarte del pecado con Su muerte en la Cruz. No quieres admitir que eres un pecador como lo hizo uno de nuestros jóvenes. Él dijo: “Sabía que era un pecador. Traté de ser un buen joven, pero no importa cuánto lo intenté, no pude cambiar. Me di cuenta de que era un pecador caído, que había pecado contra Dios...Sentí que no tenía esperanza.
Leí esas palabras una y otra vez en nuestros sermones, “No pude cambiarme a mí mismo. Me di cuenta de que era un pecador. Sentí que no tenía esperanza”. Sin embargo, Dr. Hymers le preguntó a una joven China si había sido salva. Ella dijo: “Sí”. Él le preguntó cómo había sido salva. Ella dijo que se cambió a sí misma y se convirtió en una mejor persona. Ella dijo que ahora obedecía a sus padres. ¡Ella se había hecho una mejor persona! ¡Apenas pude creer que ella dijera eso! Ella se había cambiado a sí misma. ¡Ella se había hecho una mejor persona! ¡Increíble!
Ella ha estado en nuestra iglesia por mucho tiempo. Ella ha escuchado nuestra predicación una y otra vez, diciendo que no puedes ser salvo al cambiarte a ti mismo y convirtiéndote en una mejor persona. Ella nos ha escuchado decir una y otra vez, que tú solo puedes ser salvo por Jesús, quien murió en la Cruz para pagar por tu pecado. ¡Sin embargo, toda esa predicación no le había servido de nada! Ella siguió pensando que podía cambiar y ser salva por sí misma. Ella ni siquiera mencionó a Jesús. ¡Ella ni siquiera mencionó Su Sangre expiatoria del pecado! ¡Ni una sola vez! ¡Ni siquiera una vez ella mencionó el nombre de Jesús!
Te digo esta mañana – nunca serás salvo hasta que sientas que eres un pecador sin esperanza. Si nunca sientes que eres un pecador sin esperanza, nunca sentirás tu necesidad de Jesús – muriendo en la Cruz para pagar por tu pecado. Y mi sermón de esta mañana no significará nada para ti – a menos que el Espíritu Santo te haga sentir pecaminoso y sin esperanza. Solo cuando te sientas pecaminoso y sin esperanza comprenderás por qué Jesús les mostró los agujeros de los clavos en Sus manos y pies.
“Les mostró las manos y los pies” (Lucas 24:40).
¿Por qué Él les mostró esas heridas en Sus manos y pies? ¿Cuál fue la razón de esto? ¿Por qué Él les mostró Sus heridas? Te daré tres razones por qué:
“Les mostró las manos y los pies” (Lucas 24:40).
I. Primero, Jesús les mostró Sus heridas para que nosotros supiéramos que Él era la misma persona que fue crucificada en la Cruz.
Los herejes Gnósticos dijeron que Jesús realmente no murió en la Cruz. El Corán de los Musulmanes dice que Jesús no murió en la Cruz. Hay muchas personas hoy en día que no creen que Dios dejaría que Su Hijo muriera una muerte tan horrible. Jesús sabía que habría incredulidad acerca de su crucifixión. Esta es la primera razón por qué:
“Les mostró las manos y los pies” (Lucas 24:40).
Jesús quería que todos supieran que Él realmente sufrió y murió en la Cruz. Por lo tanto, Él dejó que los Discípulos vieran Sus heridas, y hasta las tocaran. El Apóstol Juan, quien fue un testigo ocular, habló de “lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos” (I Juan 1:1). El Dr. Watts dijo:
De Su Cabeza, manos, pies,
Preciosa sangre corrió allí:
Corona de Espinas fue,
La que Jesús llevó por mí.
(Traducción libre de “When I Survey the Wondrous Cross”
por Isaac Watts, D.D., 1674-1748).
Sea allí mi gloria;
Hasta que el río al cruzar
Mi alma descanse.
(Traducción libre de “Near the Cross” por Fanny J. Crosby, 1820-1915).
“Les mostró las manos y los pies” (Lucas 24:40).
II. Segundo, Jesús les mostró Sus heridas para que nosotros supiéramos que Él es el sustituto sufriente por nuestros pecados.
Juan el Bautista dijo:
“He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).
Pero no reveló exactamente cómo Jesús quitaría nuestros pecados. No fue hasta que Jesús resucitó de los muertos que los Discípulos entendieron que Jesús:
“…llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero” (I Pedro 2:24).
Fue sólo después de que vieron las marcas de los clavos en Sus manos y pies que supieron,
“Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios”
(I Pedro 3:18).
Esa es la segunda razón por la que:
“Les mostró las manos y los pies” (Lucas 24:40).
Él quería que nosotros supiéramos con certeza que Él sufrió y murió en la Cruz para pagar el castigo por nuestro pecado, para que pudiéramos ser salvos del pecado y del Infierno. Quería que viéramos las marcas de los clavos en Sus manos y pies para que supiéramos que la ira de Dios cayó sobre Él en la Cruz, para que conozcamos
“…la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre” (Romanos 3:24-25).
Es por eso que,
“Les mostró las manos y los pies” (Lucas 24:40).
¡Canta el himno del Dr. Watts!
De Su Cabeza, manos, pies,
Preciosa sangre corrió allí:
Corona de Espinas fue,
La que Jesús llevó por mí.
“En la Cruz.” ¡Cántala!
En la cruz, en la cruz,
Sea allí mi gloria;
Hasta que el río al cruzar
Mi alma descanse.
“Les mostró las manos y los pies” (Lucas 24:40).
III. Tercero, Jesús les mostró Sus heridas para que nosotros supiéramos que Él es el Salvador a través de los siglos.
Jesús tomó Sus heridas y Su Sangre con Él al Cielo para proveer una redención eterna para nosotros.
“Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios” (Hebreos 9:24).
Sentado a la diestra de Dios en el Cielo, las heridas de Jesús son siempre y por siempre un recordatorio a Dios y los ángeles que:
“Él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (I Juan 2:2).
Sin embargo la mayoría de personas en el mundo hoy en día rechaza a Jesús. La mayoría de personas quiere ser salva por sus propias buenas obras y sus propias creencias religiosas. Así que rechazan a Jesús, que es la provisión de Dios para la salvación. Jesús es el único camino a Dios porque Él es el único que sufrió y murió para pagar nuestros pecados. Ningún otro líder religioso hizo eso – ¡ni Confucio, ni Buda, ni Mahoma, ni José Smith, ni nadie más! Solo de Jesucristo podría decirse:
“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5).
Sólo de Jesús puede decirse:
“Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores” (I Timoteo 1:15).
Sólo de Jesús puede decirse:
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”
(Romanos 5:8).
Es por eso que:
“Les mostró las manos y los pies” (Lucas 24:40).
¡Canta el himno del Dr. Watts otra vez!
De Su Cabeza, manos, pies,
Preciosa sangre corrió allí:
Corona de Espinas fue,
La que Jesús llevó por mí.
“En la Cruz.” ¡Cántala de nuevo!
En la cruz, en la cruz,
Sea allí mi gloria;
Hasta que el río al cruzar
Mi alma descanse.
Aún cuando Jesús venga por segunda vez, todavía llevará las marcas de la crucifixión en Sus manos y pies. Jesús dijo, por medio del profeta Zacarías,
“Y mirarán a mí, a quien traspasaron, afligiéndose por él” (Zacarías 12:10).
Los que no se vuelven a Jesús en vida, llorarán con dolor por toda la eternidad en el Infierno. El gran Spurgeon dijo: “Esas manos abiertas y ese costado traspasado serán testigos contra ti, aun en contra tuya, si mueres rechazándolo, y entras en la eternidad como enemigo de Jesús” (Traducción de C. H. Spurgeon, “The Wounds of Jesus,” The New Park Street Pulpit, Pilgrim Publications, volumen V, página 237).
“Les mostró las manos y los pies” (Lucas 24:40).
Pero de nuevo, Spurgeon dijo:
Pobre pecador...¿Tienes miedo de venir [a Jesús]? Entonces, mira sus manos – mira sus manos, ¿no te induce eso?...Mira su costado, hay un acceso fácil a su corazón. Su costado está abierto. Su costado está abierto [para ti]... ¡Oh pecador, que puedas ser ayudado a creer en Sus heridas! No pueden fallar; las llagas de Jesús deben sanar a los que ponen su confianza en él (ibid., página 240).
“Les mostró las manos y los pies” (Lucas 24:40).
Evangeline Booth, del antiguo Ejército de Salvación, lo dijo bien:
De Jesús la heridas,
Pecador, son para ti;
De Jesús las heridas,
Refúgiate allí.
(Traducción libre de “The Wounds of Christ”
por Evangeline Booth, 1865-1950).
Ven a Jesús. Confía en Jesús. Jesús murió en la Cruz para pagar por tu pecado. Ven a Jesús. Confía en Jesús. Deja de intentar ser salvo por ser una mejor persona. Eso nunca te salvará. ¡Solo Jesús puede salvarte del pecado y el infierno! Amén.
CUANDO LE ESCRIBAS A DR. HYMERS DEBES DECIRLE DE QUE PAÍS LE ESTÁS ESCRIBIENDO O ÉL NO PODRÁ CONTESTAR TU CORREO. Si estos sermones te bendicen por favor envía un correo electrónico a Dr. Hymers y díselo pero siempre incluye de qué país estás escribiendo. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net (oprime aquí). Puedes escribirle a Dr. Hymers en cualquier idioma, pero escribe en Inglés si es posible. Si deseas escribirle a Dr. Hymers por correo postal, su dirección es P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Puedes llamarle por teléfono al (818) 352-0452.
(FIN DEL SERMÓN)
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El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“The Wounds of Christ” (por Evangeline Booth, 1865-1950).
EL BOSQUEJO DE LAS HERIDAS DE JESÚS Un sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr. “Les mostró las manos y los pies” (Lucas 24:40). (Juan 19:34, 35, 41; 20:1, 5, 6-7, 9, 19; I. Primero, Jesús les mostró Sus heridas para que supiéramos que II. Segundo, Jesús les mostró Sus heridas para que supiéramos que III. Tercero, Jesús les mostró Sus heridas para que supiéramos que |