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Cuando le escribas a Dr. Hymers, siempre dile en qué país vives o él no te podrá contestar. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net.

John Steinbeck escribió una famosa novela llamada “Al Este del Edén”. Es la historia de dos hermanos. Uno de ellos estaba cerca de su padre. El otro se sintió aislado y solo. La novela de Steinbeck se basó en la historia de Caín y Abel en la Biblia. Se convirtió en una película clásica protagonizada por James Dean – como la figura de Caín.

La novela de Steinbeck todavía es muy leída por estudiantes universitarios. Una de las razones por las cuales Al Este del Edén tiene tanto atractivo, incluso hoy en día, es porque muchos jóvenes sienten la soledad y la alienación que experimentó Caín.

La soledad suele ser intensa entre los jóvenes de edad universitaria. Los estudiantes solitarios con frecuencia informan sentirse deprimidos, enojados, temerosos e incomprendidos. A menudo se vuelven muy críticos con los demás, demasiado sensibles y autocompasivos, culpando a otros por su soledad. Cuando esto sucede, los estudiantes alienados a menudo comienzan a hacer cosas que empeoran su soledad.

Nuestro pastor, Dr. Hymers, leyó en el periódico sobre dos adolescentes que asistieron a una fiesta salvaje, aquí en el centro cívico de Los Ángeles, a unas diez cuadras de nuestra iglesia. El lugar estaba lleno de gente joven. Fueron engullidos por la música “tecno”. Tomando una droga llamada “éxtasis”, que los jóvenes llaman “E”. Alguien agarró un arma y comenzó a disparar. Los dos jóvenes fueron atacados con una lluvia de balas. Ambos fueron declarados muertos al llegar al hospital.

A solo diez cuadras de distancia, los jóvenes de nuestra iglesia asistían a un servicio del Sábado por la noche en el momento en que ocurrió la tragedia. ¡No pude evitar pensar cuánto más seguro y mejor hubiera sido para esos jóvenes si hubieran estado en la iglesia con nosotros! Esa es la razón por la que repetimos: “¿Por qué estar solo? Ven a casa – ¡a la iglesia! ¿Por estar perdido? ¡Ven a casa – a Jesucristo, el Hijo de Dios!”

Pero la Biblia nos dice que Caín tomó la decisión equivocada. En lugar de volver a casa con Dios, hizo una cosa tras otra que profundizó su soledad y alienación. Y creo que podemos aprender algunas lecciones importantes de las decisiones equivocadas que hizo Caín.

I. Primero, Caín escogió la religión equivocada.

“Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén” (Génesis 4:16).

“Salió, pues, Caín de delante de Jehová”. En el mismo sentido, eso significa que Caín eligió la religión equivocada. En lugar de buscar la salvación, “Salió, pues, Caín de delante de Jehová”. Dr. Hymers ha visto a muchos jóvenes hacer eso. Un joven le dijo: “No me prediques”. Pronto dejó la reunión de la iglesia y salió “de delante de Jehová”. Nunca más lo volvimos a ver. ¡No dejes que eso te suceda! Elige la religión correcta. Elije la religión que Dios aprueba en la Biblia.

No te equivoques sobre esto. Lo que piensas sobre la religión es fundamental. Si tiene una visión equivocada de Dios, dará color a todo lo demás en tu vida. La Biblia dice:

“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza” (Proverbios 1:7).

Caín era un necio. Despreció la sabiduría y la enseñanza. Sabía que debía llevar un sacrificio de sangre a Dios, pero en cambio llevó vegetales. Cuando Dios no respetó su ofrenda, Caín se enojó. Dios estaba dispuesto a perdonarlo, pero él continuó en rebelión.

El Dr. M. R. DeHaan señaló que en realidad solo hay dos religiones a los ojos de Dios. El hombre puede pensar que hay muchas religiones, pero,

Con Dios solo hay dos: (1) una religión de obras; y (2) una salvación por gracia. Cada iglesia o denominación o grupo religioso que enseña que el hombre tiene algo que ver con obtener, ganar o merecer su salvación es una religión falsa... Es la religión de las hojas de higuera y la ofrenda de Caín. Por otro lado, aquellos que enseñan que los hombres están totalmente perdidos, completamente impotentes para salvarse a sí mismos, y por lo tanto deben mirar exclusivamente a la obra de Dios, son los destinatarios de la verdadera salvación... Satanás engañó a Adán y Caín, haciéndoles sentir que podían hacer algo para ser salvos, o al menos ayudar a Dios un poco en la obra. Pero Dios se negó a reconocerlo (traducción de M. R. DeHaan, M.D., Portraits of Christ in Genesis, Zondervan, 1966, p. 75).

Caín rechazó la religión de la sangre. Eso significa que él rechazó a Jesús. Ves, Jesús murió en la Cruz y derramó Su Sangre para expiar nuestros pecados. Pero la Biblia dice:

“Sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Hebreos 9:22).

Caín rechazó la ofrenda de sangre, que apuntaba a Jesús en la Cruz. Muchas personas son así hoy en día. Y la Biblia dice:

“¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín” (Judas 11).

No puedes salvarte a ti mismo. Solo puedes encontrar la verdadera salvación en Jesucristo, quien

“nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre” (Apocalipsis 1:5).

La única manera de volver a casa con Dios es a través de la derramada Sangre del Señor Jesucristo. Debes ser limpio de tus pecados

“sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (I Pedro 1:19).

Decimos, “¿Por qué estar solo? Ven a casa – a la iglesia”. Pero también decimos: “¿Por qué estar perdido? Ven a casa – a Jesucristo, el Hijo de Dios”. Decimos eso porque Jesucristo es el único que tiene “sangre preciosa” para lavar tus pecados. La Biblia dice:

“La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (I Juan 1:7).

Y la vieja canción lo pone,

¿Qué me puede dar perdón?
   Solo de Jesús la sangre;
¿Y un nuevo corazón?
   Solo de Jesús la sangre.
Precioso es el raudal
   Que limpia todo mal;
No hay otro manantial,
   Solo de Jesús la sangre.
(Traducción libre de “Nothing but the Blood”
     por Robert Lowry, 1826-1899).

Algunos de los tales llamados “evangélicos” ahora nos dicen que no hay Sangre. Después de mucho estudio profundo, no veo cómo esto es diferente del rango de liberalismo de los modernistas anteriores como Harry Emerson Fosdick. La Biblia dice:

“¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín” (Judas 11).

¡Sin la Sangre de Jesucristo, no había salvación para Caín, y tampoco habrá salvación para ti!

“Sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Hebreos 9:22).

Creo que los jóvenes necesitan escuchar el antiguo mensaje de salvación a través de la Sangre de Jesucristo. Creo que necesitas escuchar ese mensaje. Creo que debes ser salvo confiando plenamente en Jesucristo y siendo lavado por Su Sangre.

II. Segundo, Caín tenía la actitud equivocada.

Cuando Dios desaprobó su religión, Caín se negó a arrepentirse. Él endureció la cerviz y siguió su camino. Y el Diablo se apoderó de él, y él asesinó a su propio hermano Cristiano.

La Biblia nos advierte que no debemos ser como Caín cuando dice:

“No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas” (I Juan 3:12).

El Diablo se apoderó de Caín y lo llevó al pecado. Yo creo en el Diablo. Creo que él quiere destruirte, de la manera en que destruyó a Caín. Caín no escucharía a Dios. Caín tenía la actitud incorrecta. Se negó a reconocer su pecado y recibir el perdón a través de la Sangre. Mira Génesis 4:16 nuevamente.

“Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén” (Génesis 4:16).

Salió, pues, Caín de delante de Jehová “y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén” (Génesis 4:16). El Dr. M. R. DeHaan said,

La tierra de Nod significa literalmente la tierra vagar...Sugiere inquietud, ansiedad...vagando de un lugar a otro (traducción de M. R. DeHaan, M.D., The Days of Noah, Zondervan, 1971, p. 33).

Inquieto. Ansioso. Vagando de un lugar a otro. Esa no es solo una imagen de Caín. También es una imagen de los jóvenes de hoy que no conocen a Jesucristo. La Biblia describe esta condición claramente cuando nos dice:

“No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos” (Isaías 57:21).

Puedes tratar de olvidar tus pecados. Puedes ahogarte en alcohol. Puedes tomar éxtasis, conocida como “E”, hasta que tu mente explote. Puedes irte de fiesta toda la noche. Pero no puedes encontrar la paz interior, ni puedes encontrar la paz con Dios, a menos que vengas a Jesucristo.

“No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos” (Isaías 57:21).

“Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén” (Génesis 4:16).

Pero él no tenía paz. Fue separado de Dios, vagando solo por las calles de una ciudad llamada “Enoc” (Génesis 4:17).

Qué cosa tan terrible, estar solo, en las calles oscuras de la ciudad. Incluso cuando estás en una multitud te sientes solo – inquieto, errante y solitario – como Caín. Agustín dijo: “Nuestros corazones están inquietos hasta que encuentran descanso en Ti”. ¡Por eso te instamos a que vengas a casa a la iglesia! Es por eso que te suplicamos que vengas a casa a Jesucristo, el Hijo de Dios.

Jesús contó la historia del Hijo Pródigo. Fue y gastó todo el dinero que su padre le había dado. Lo malgastó en pecado y depravación. Estaba arruinado y listo para morir. Pero Jesús dijo:

“Y volviendo en sí” (Lucas 15:17).

Él despertó – y volvió a casa con su padre, que lo estaba esperando con los brazos abiertos. Y esa es la manera en que Dios es hoy. Dios está esperando que vengas a casa a través de Su Hijo con los brazos abiertos.

Mediante Jesús, Hacia el Padre ven hoy,
Y dadle la gloria, Prodigios obró.
   (Traducción libre de “To God Be the Glory”
      por Fanny J. Crosby, 1820-1915).

No hay necesidad de permanecer afuera en la fría oscuridad de este mundo. ¡Ven a casa! Ven a casa a la iglesia. Ven a casa a Jesús. ¡Ven a casa y sé salvo como el Hijo Pródigo!

Muy lejos yo vagué de Dios, Hoy volviendo estoy;
He oído al fin, su dulce voz, Hoy volviendo estoy.
A mi hogar sin tardar, Hoy volviendo estoy.
¡Oh recíbeme, Señor! Hoy volviendo estoy.
   (Traducción libre de “Lord, I’m Coming Home”
     por William J. Kirkpatrick, 1838-1921).

Canta el coro conmigo.

A mi hogar sin tardar, Hoy volviendo estoy.
¡Oh recíbeme, Señor! Hoy volviendo estoy.

(FIN DEL SERMÓN)
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El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
         “Lord, I’m Coming Home” (por William J. Kirkpatrick, 1838-1921).