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¿HAS VENIDO A JESÚS?Un sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr. “Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40). |
Los líderes religiosos en la época de Jesús estudiaron cuidadosamente las Escrituras del Antiguo Testamento. Pero ellos no vieron el hecho de que las Escrituras hablaban de Jesús – y así, no vinieron a Jesús, y recibieron salvación por medio de Él. Había un dicho común entre ellos: “El que tiene las palabras de la ley, tiene vida eterna” (traducción de Matthew Henry, nota sobre Juan 5:39). Pero Jesús dijo que las Escrituras testifican de Él,
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:39-40).
Estaban confiando en las palabras de la Escritura, pero no confiaban en el Jesús mencionado en esas Escrituras. El Dr. Walvoord dijo: “De manera similar muchas personas piensan hoy que estudiar la Biblia es un fin en sí mismo” (traducción de Walvoord and Zuck, The Bible Knowledge Commentary, Victor Books, 1984, volume II, p. 292).
Ellos vinieron a la Biblia, y confiaron en las palabras de la Biblia – pero ellos no vinieron a Jesús y confiaron en Él.
“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
Hay una tendencia terrible en la humanidad caída a venir a algo más que a Jesús, a confiar en algo que no sea Jesús.
“Y como que escondimos de él el rostro” (Isaías 53:3).
“También el alma de ellos me aborreció” (Zacarías 11:8).
“Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera!” (Juan 19:15).
Esta es la manera en que toda la humanidad trata a Jesús. Aparte de la gracia de Dios, de una manera u otra, se puede decir de toda la humanidad,
“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
Sin la gracia de Dios, ningún ser humano vendría a Jesús. Jesús dijo:
“Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere” (Juan 6:44).
¿Te está trayendo Dios esta mañana? ¿Sientes que necesitas a Jesús? ¿Sientes que estás perdido sin Él? Si lo haces, Dios te está alejando de tus falsas ideas hacia Jesús Mismo. Escucha atentamente lo que digo, deja tus falsas ideas y ven a Jesús. Hasta ahora, no has venido a Jesús. Hasta ahora, Jesús te ha dicho:
“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
I. Primero, lo que la gente hace en vez de venir a Jesús.
Las personas con un fondo Pentecostal o Carismático a menudo piensan que la salvación viene a través de experiencias y sentimientos. El “Espíritu Santo” a menudo toma el lugar de Jesús como mediador entre Dios y el hombre (véase 1 Timoteo 2:5). Jesús, en realidad, a menudo es reemplazado por el “Espíritu Santo”.
“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
Las personas con un fondo Católico Romano tienden a reemplazar a Jesús con actos de penitencia – contrición, confesión y buenas obras. Ellos tratan de ser salvos confesando sus pecados o tratando de seguir a Jesús día a día. Estas obras humanas reemplazan a Jesús.
“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
Las personas que son de fondos de otras religiones del mundo, como el Budismo, el Hinduismo, el Islam, el Judaísmo, etc., creen que la salvación no depende de Jesús. Pueden dar servicio a Jesús como “un gran profeta”, pero no creen que solo Jesús pueda salvarlos. Generalmente dependen de vivir “una buena vida” para la salvación.
“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
Los Bautistas y los evangélicos también tienden a confiar en algo distinto de Jesús. El Dr. John R. Rice dijo:
Millones de miembros de la iglesia son pecadores no convertidos y no regenerados que viven bajo la ira de Dios. En el infierno hoy hay millones de...Bautistas ortodoxos...que han ido al [Infierno], nunca habiendo sido verdaderamente salvos. [Ellos] perdieron el camino, tuvieron una falsa esperanza y ahora están en tormento (traducción de Dr. John R. Rice, Religious But Lost, Sword of the Lord, 1939, p. 8).
Entonces el Dr. Rice dijo:
De las muchas veces que esto aparece en la Biblia, es evidente que existe el peligro real de que alguien sea engañado y dependiendo de una falsa esperanza, sólo para descubrir por fin que está eternamente perdido (ibíd.).
Los Bautistas y los evangélicos a menudo confían en la “oración del pecador” en lugar de Jesús. Ellos dicen: “Le pedí que me salvara. ¿No es suficiente?” ¡No, no lo es! ¡Debes venir a Jesús para ser salvos! ¡No debes confiar en tus propias oraciones! ¡Debes confiar en el Hijo de Dios! Jesús no dijo que se le pidiera. Dijo venir a Él. Jesús dijo:
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).
¡Has sido engañado al pedirle a él, en lugar de venir a Él!
Otros se engañan al creer lo que dice la Biblia, en lugar de venir a Jesús. Ellos conocen el “plan de salvación” en la Biblia. Ellos saben que Jesús murió por sus pecados. Ellos saben que Él resucitó de entre los muertos. Ellos creen esos hechos Bíblicos, pero nunca han venido a Jesús, Mismo. Como dijo el Dr. Walvoord, “Muchas personas piensan hoy que el estudio de la Biblia es un fin en sí mismo”.
¿Cómo eres diferente de los Fariseos? Jesús les dijo:
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:39-40).
Estas son algunas de las cosas que la gente hace en lugar de venir a Jesús. ¿Es posible que tú hayas cometido semejante error?
II. Segundo, por qué otros caminos que no vienen a Jesús no te salvarán.
Cuando estés ante el trono de Dios, en el Juicio Final, Jesús te dirá:
“Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:23).
¿Por qué te dirá que te apartes de Él al fuego del Infierno? Porque Él “nunca os conoció”. ¡La razón por la cual Él nunca te conoció es porque nunca viniste a Él! ¡Es tan simple como eso!
Intentaste ser salvo diciendo las palabras de una oración o creyendo algo en la Biblia. Pero esas cosas no salvarán a nadie. La Biblia dice:
“Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado” (Juan 6:28-29).
¡La única “obra” que es aceptable es creer en Jesús! “Creer en Jesús” es otra manera de decir “ven a Jesús”. “Creer en Jesús” y “venir a Él” son dos formas diferentes de decir lo mismo. Jesús dijo:
“Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí. No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre. De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eternal” (Juan 6:44-47).
Vemos, en este pasaje, que venir a Jesús y creer en Jesús son simplemente dos maneras diferentes de decir lo mismo. Ahora, mi pregunta a ti es esta – ¿has venido a Jesús? ¿Has creído en Él?
Nada más que venir a Jesús resultará en la salvación – ¡porque nadie más que Jesús puede salvarte! Nadie más que Jesús murió en la Cruz para pagar el castigo por tu pecado. Nadie más que Jesús se levantó físicamente de entre los muertos para darte vida.
“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).
Tienes que venir a Jesús o no serás salvo. Todos los otros métodos, y todos los otros caminos, conducen al Infierno. Pero hasta ahora no has venido a Él, ¿verdad? Crees lo que la Biblia dice acerca de Él. Incluso le pediste que te salvara. Pero aún no has venido a Él – ¿verdad?
“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
III. Tercero, cómo saber si has venido o no a Jesús.
Puedes decir: “No sé si he venido a Jesús o no. ¿Cómo puedo saberlo?” La manera de saber es dada en II Corintios 13:5. El Apóstol Pablo dijo:
“Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos…” (II Corintios 13:5).
Acerca de este versículo, Spurgeon dijo:
Examínate a ti mismo porque si cometes un error, nunca podrás rectificarlo, excepto en este mundo...No puedo permitir que mi alma sea arrojada al infierno. ¡Qué terrible peligro es lo que tú y yo estamos corriendo, si no nos examinamos a nosotros mismos! Es un peligro eterno; es un peligro del cielo o del infierno, del eterno favor de Dios o de su eterna maldición. Bueno que haya dicho el apóstol: “Probaos a vosotros mismos” (traducción de C. H. Spurgeon, “Self Examination,” The New Park Street Pulpit, Pilgrim Publications, 1981 reprint, volume IV, p. 429).
El Dr. J. Vernon McGee hizo este comentario sobre II Corintios 13:5,
Pablo dice que debemos examinarnos a nosotros mismos para ver si estamos en la fe o no. Debemos estar dispuestos a enfrentar el problema (traducción de J. Vernon McGee, Thru the Bible, Thomas Nelson, 1983, volume V, p. 145).
Asahel Nettleton, el principal evangelista del Segundo Gran Despertamiento, dijo:
En este negocio [de autoexamen], cada individuo debe sentarse en juicio sobre sí mismo. Tratar fielmente con tu alma. Una falsa esperanza es peor que ninguna. Un error en esta preocupación trascendental es horrible. Examina bien el fundamento sobre el cual descansa tu esperanza del cielo, para que no descubras tu error demasiado tarde (traducción de Asahel Nettleton, Sermons From the Second Great Awakening, International Outreach, 1995 reprint, pp. 323, 333).
Vuelve atrás y piensa en el momento de tu salvación. ¿Viniste a Jesús? ¿O hiciste otra cosa? Como dijo el Dr. Nettleton: “Examina bien el fundamento sobre el cual descansa tu esperanza del cielo”. ¿De verdad viniste a Jesús? ¿Es Jesús Mismo el fundamento de tu esperanza? Si en realidad no viniste a Jesús en ese entonces, debes venir a Él hoy. Jesús dijo:
“Al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37).
Jesús dijo:
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).
Mi esperanza siempre está, En Jesucristo y nada más.
En nada más yo confiaré [sentimiento], Solo en Jesús me apoyaré.
Jesús, cuan fuerte roca es, Toda otra tierra se hundirá,
Toda otra tierra se hundirá.
(Traducción libre de “The Solid Rock” por Edward Mote, 1797-1874).
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(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída Antes del Sermón por el Dr. Kreighton L. Chan: Juan 5:39-47.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamín Kincaid Griffith:
“The Solid Rock” (por Edward Mote, 1797-1874).
EL BOSQUEJO DE ¿HAS VENIDO A JESÚS? Un sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr. “Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40). (Juan 5:39; Isaías 53:3; Zacarías 11:8; Juan 19:15; 6:44) I. Primero, lo que la gente hace en vez de venir a Jesús, I Timoteo 2:5; II. Segundo, por qué otros caminos que no vienen a Jesús no te salvarán, III. Tercero, cómo saber si has venido o no a Jesús, |