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LO BÁSICO DE LA ORACIÓN – PARTE IIpor el Sr. John Samuel Cagan Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles “¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla. Expondría mi causa delante de él, Y llenaría mi boca de argumentos” (Job 23:3-4). |
Estamos discutiendo lo básico de la oración. Estamos volviendo a este tema, a pesar de que ya puedas saber sobre la oración. Volvemos al entrenamiento básico. Esto puede parecer tedioso y repetitivo, hasta que recuerdes el tiempo y el lugar peligroso en el que vives. No sólo vives en tiempos peligrosos, sino que eres un Cristiano en tiempos peligrosos. Estás en un peligro añadido, porque además de todo, también estás encerrado en la batalla con un enemigo invisible. Tu vida está sujeta a presiones y pruebas y conflictos agregados porque no estás entre las fuerzas del Diablo, estás al lado del Señor. Esta es una situación que hay que tomar muy en serio. Tan pronto como te levantas por la mañana, estás entrando en el campo de batalla espiritual. Tan pronto como caminas en la universidad para hacer evangelismo, o en las puertas de la iglesia, está entrando al frente de la guerra con el mal. Esta es una situación seria con almas eternas en juego. Por lo tanto, nunca debes cansarte de practicar lo básico de la oración.
Lo primero básico en la oración es tener un corazón que se preocupa. No puedes entrar en el campo de batalla de la oración sin un corazón entregado. Lo segundo básico de la oración es la preparación. Si te importa algo, te prepararás para eso. Si te preocupas por lo que estás pidiendo, también debes prepararte para la oración. Debes prepararte observando la situación que rodea tu petición, organizando tu oración, y por saber qué tipo de oraciones Dios contesta. Sabes el tipo de oraciones que Dios responde escuchando atentamente los sermones y leyendo tu Biblia. Conocer el tipo de oraciones que Dios respondió en el pasado te permite referirte a ellas en el futuro. Este tipo de oración argumentativa ha sido contestada por Dios en el pasado. Otra manera de orar, es un argumento por analogía.
Un argumento por analogía es una poderosa manera de hacer un punto fuerte. Una analogía es una comparación entre dos cosas a través de similitudes estructurales. ¿Qué significa eso? Cuando oras por algo grande y milagroso, haz referencia a algo que Dios hizo en la Biblia que fue grande y milagroso. Si estás orando por algo que atrae menos atención, has referencia a algo que destaca cómo Dios es específico y orientado al detalle. Para orar cualquier tipo de oración, es importante que tengas las historias y los versículos de la Biblia en tu mente. Es importante que te prepares. Todo esto es sólo significativo porque Dios responde a la oración. Y hay muchos ejemplos en la Biblia donde Dios respondió oración seria, entregada y argumentada.
I. Primero, la respuesta de Dios a la oración.
Moisés oró por Israel en el desierto. El pueblo se había apartado de Dios y adoraba a un becerro de oro. Dios amenazó con destruirlos. Moisés oró por el pueblo. La Biblia dice:
“Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios, y dijo: Oh Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? ¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo” (Éxodo 32:11-12).
Moisés estaba diciendo a Dios: “Señor, ¿qué dirá la gente acerca de ti? ¿Qué pensarán de tu gran nombre si destruyes a este pueblo?” Entonces Moisés recordó a Dios su promesa:
“Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre” (Éxodo 32:13).
Moisés recordó a Dios Su promesa a Abraham, Isaac y Jacob (Israel) de que Él multiplicaría su descendencia y les daría la tierra de Canaán. “Si destruyes al pueblo ahora, tu promesa no se cumplirá”. Dios respondió a la oración de Moisés. La Biblia dice: “Entonces Jehová se arrepintió [cambió su forma de pensar sobre] el mal que dijo que había de hacer a su pueblo” (Éxodo 32:14). Dios cambió su forma de pensar. No destruyó al pueblo. Dios respondió a la oración de Moisés. La Biblia dice: “Sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso” (Romanos 3:4). En Español moderno podemos decir, “Aunque todo hombre es mentiros, Dios es verdadero”. La Biblia dice: “Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman” (Deuteronomio 7: 9). Dios cumple Sus promesas. Puedes traer las promesas de Dios a Él en la oración.
Otro tipo de oración que Dios contesta es la descripción de Su pueblo sufriendo sin Él. Todos somos humanos. Cuando suceden cosas terribles, experimentamos esas cosas a través del dolor y el sufrimiento. Incluso Jesús lloró, cuando murió Lázaro. Si un ser querido vino a ti, y te contó el dolor en que se encontraba, y lo utilizó como un recurso de ayuda, esto sería un poderoso medio de persuasión. Dios nos ama más de lo que podríamos amar a otra persona. Trae las penas de tu corazón, del corazón de tu amigo, y del pueblo de Dios en tus oraciones.
Después de que Jerusalén fue destruida, Jeremías oró: “Acuérdate, oh Jehová, de lo que nos ha sucedido; Mira, y ve nuestro oprobio” (Lamentaciones 5:1). Después de que Jerusalén fue destruida, el Salmista le contó a Dios los sufrimientos de Su pueblo Judío. Luego oró a Dios para que defendiera Su propia reputación, Su propio nombre. Y dijo a Dios: “Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; Y líbranos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre” (Salmos 79:9). Entonces él oró: “Porque dirán las gentes: ¿Dónde está su Dios?” (Salmo 79:10). Él oró para que Dios defendiera Su propio honor y nombre entre la gente perdida.
Elías se enfrentó a los profetas de Baal. Dios no respondió las oraciones de estos falsos profetas. Pero Elías oró a Dios para que aceptara su propio sacrificio. Elías dijo:
“Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios” (I Reyes 18:36-37).
Elías oró, “Muéstranos que eres el Dios verdadero”. Y Dios respondió a Elías. Dios envió fuego del Cielo y quemó el sacrificio de Elías.
Años más tarde, después de que Elías fue llevado al Cielo, su discípulo Eliseo oró, “¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías?” (II Reyes 2:14). “¿Dónde estás, Dios?” Dios se manifestó y dividió las aguas del Río Jordán para Eliseo. Dios mostró que Él era real y seguía apoyando a Su pueblo.
Otro tipo de oración es hacer referencia a lo que Dios ha hecho en el pasado. Trata de pensar en lo que Dios ha hecho en la Biblia que puede aplicarse a nuestra situación actual. La referencia a la Biblia es la introducción de pruebas ante Dios. Es importante que leas tu Biblia y prestes atención mientras la estás leyendo. A menudo, incluso si no puedes recordar un versículo palabra por palabra, recordarás una idea que agarraste de la Biblia, y puedes aplicar esa idea a tu oración. Eso puede tomar algo de creatividad y pensamiento, pero eso es lo que a menudo se requiere para discutir con una persona, especialmente con Dios. Él es el mismo Dios ahora como fue entonces. David oró, “Mi ayuda has sido. No me dejes ni me desampares” (Salmos 27:9).
Moisés oró: “Tú [nos] sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte” (Éxodo 32:11). Él estaba diciendo: “Oh Dios, nos sacaste de la tierra de Egipto. ¡No nos has sacado sólo para dejarnos morir en el desierto!” ¿Qué hizo Dios por los demás? ¿En tiempos Bíblicos? ¿En Historia? ¿En nuestra iglesia? ¿Para ti? Piensa en cómo estos argumentos son un llamado a lo que Dios ha hecho en el pasado.
Dios es el mismo hoy. La Biblia dice: “Porque yo Jehová no cambio” (Malaquías 3:6). La Biblia dice: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8). Dios es el mismo ahora como lo fue entonces. Puedes orar a Dios, y Él te oirá, tal como Dios oyó cuando la gente oró a Él entonces. En un tribunal de justicia, los abogados a menudo apelan a los precedentes. Precedente es un evento anterior que se acepta como un ejemplo para ser considerado en una situación similar. Cuando lees la Biblia o escuchas la Biblia ser predicada, recuerda lo que lees y lo que se dice. Piensa en cómo lo que Dios ha hecho en el pasado se aplica a lo que Dios puede hacer hoy. Presta atención a lo que Dios ha hecho en tu vida. Úsalo como una referencia para lo que Dios puede hacer en el futuro. Recuerda lo que Dios ha hecho en las vidas de las personas que te rodean. Conecta eventos aparentemente no relacionados a través del puente del poder de Dios en la oración contestada. Piensa en cómo es consistente con el carácter de Dios. Recuerda lo que Dios ha hecho en el pasado en tus oraciones.
II. Segundo, por qué Dios contesta la oración.
Dios es verdadero. Dios es fiel. Dios cumple Sus promesas. Toda la Biblia es verdadera. Por lo tanto, cualquier cosa que Dios dice en la Biblia puede ser clamada como verdad en la oración. Jesús dijo: “Tu palabra es verdad” (Juan 17:17). Él dijo: “La Escritura no puede ser quebrantada” (Juan 10:35).
Clama las palabras de Dios de esta manera:
“Y tú has dicho” (Génesis 32:12).
“Haz conforme a lo que has dicho” (II Samuel 7:25).
Debido a que Dios cumple Sus promesas, es importante que sepas lo que Él ha prometido.
1. Dios ha prometido darte cosas buenas: Jesús dijo: “¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo 7: 9-11).
2. Dios ha prometido darte el Espíritu Santo. Puedes clamar la Palabra de Dios para pedir Su ayuda y presencia – para que Dios envíe el Espíritu Santo. Jesús dijo: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? (Lucas 11:13).
3. Dios ha prometido responder a las oraciones hechas en el nombre de Jesús. Jesús prometió responder a las oraciones hechas por Él, en Su nombre. Jesús dijo: “Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:14). Clama esa promesa cuando ores.
4. Jesús prometió especialmente escuchar la oración hecha por grupos de personas, en reuniones de oración de la iglesia o en pequeños grupos que se reúnen para orar. Jesús dijo: “Si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos” (Mateo 18:19). De nuevo, Jesús dijo: “Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:20). Clama esa promesa cuando ores.
5. Dios prometió satisfacer nuestras necesidades. La Biblia dice: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19). Esto no significa que Dios te hará rico si pides dinero. Significa que Dios proveerá todas tus necesidades. ¡Y Él lo hará! ¡Clama esa promesa en la Palabra de Dios cuando oras!
6. Dios prometió darte fuerza para hacer lo que tienes que hacer. La Biblia dice: “Los que esperan a Jehová [¡‘esperan en a Jehová’ significa orar!] tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (Isaías 40:31). ¡Clama esa promesa cuando oras!
7. Dios prometió oírte si le invocas cuando estás en problemas. Dios dijo: “E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás” (Salmo 50:15). Clama esa promesa. Dile a Dios lo que dijo en Su Palabra. Entonces invócale. “Dios, tengo problemas. Por favor, ayúdeme”.
8. Dios prometió oírte aunque ores por cosas que nunca has visto y que no creas que son realmente posibles. Dios dijo: “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces (Jeremías 33:3). No tengas miedo de orar por cosas que parecen imposibles. Jesús dijo: “Todas las cosas son posibles para Dios” (Marcos 10:27). Jeremías dijo a Dios: “Ni hay nada que sea difícil para ti” (Jeremías 32:17). Puedes orar por cosas que no crees que sucederán, o puedan suceder. Un hombre le dijo a Jesús cómo su hijo estaba azotado por un demonio. Jesús le dijo: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible” (Marcos 9:23). El hombre dijo: “Creo; ayuda mi incredulidad” (Marcos 9:24). Jesús libró al muchacho del espíritu maligno aunque su padre no creyera que sucedería. Dios te anima a orar incluso si tu fe es débil, incluso si no crees que la respuesta vendrá.
Dios responde a la oración porque Dios cumple Sus promesas. Pero Dios responde a la oración por el sacrificio de Jesús por nosotros. Por lo tanto, habla siempre de los sufrimientos, de la muerte, de la Sangre, de la oración intercesora de Cristo Jesús. Jesús nos invitó a orar en Su nombre. Jesús es nuestra justicia. Él es el único camino hacia Dios Padre. Jesús dijo: “Nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14: 6). Jesús dijo a los Discípulos: “Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:14). Alguien dirá que Dios respondió esas grandes oraciones hechas por grandes hombres de la Biblia porque eran grandes hombres de la Biblia, no por las mismas oraciones. Alguien pensará que Dios respondió a Moisés y a Abraham, pero ellos no podían esperar una respuesta, porque ellos no son Moisés ni Abraham. Estoy de acuerdo, no tienes justicia propia. No eres Moisés ni Abraham. Tú solo eres un pecador y nunca serás otra cosa. Pero si has confiado en Jesús, Dios te mira con tus pecados perdonados, lavados por la Sangre de Jesús. Y has recibido la justicia de Jesús. Así que puedes orar a Dios en el nombre de Jesús y Dios lo oirá como si no fueras un pecador – de hecho, como si fueras Jesús Mismo.
Recuerda que no somos más que “polvo y ceniza” (Génesis 18:27). No tenemos derecho en nosotros mismos a pedir nada a Dios. Pero por medio de Jesucristo puedes venir “confiadamente al trono de la gracia” (Hebreos 4:16). En y por medio de Jesús, puedes venir directamente al Padre. Si oras en el nombre de Jesús, Él te oirá como Él oye a Su propio Hijo Jesucristo. Si has confiado en Jesús, por medio de Él eres hijo o hija de Dios. Eso no es un pensamiento pequeño. Eres amado y aceptado por causa de Jesús. ¡Dios te oirá!
La Biblia dice:
“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote…Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión….Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:14, 16).
La Biblia dice: “Teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo” (Hebreos 10:19). No tenemos en nosotros mismos derecho para estar delante de Dios, pero en Jesús y por Su Sangre podemos atrevernos a entrar directamente en Su presencia.
Recuerda que Dios es una Persona, no una máquina o una fuerza. Dios responde a la oración, aunque debes ser persistente y seguir pidiendo – a veces durante muchos años. Dr. Hymers oró por su madre durante muchos años antes de que fuera salva. Al enseñar a Sus Discípulos cómo orar, Jesús dio la parábola del amigo importuno. Él dijo: “Que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad [persistencia] se levantará y le dará todo lo que necesite” (Lucas 11:8). Debes seguir orando hasta que llegue la respuesta.
Jesús dijo: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). El Griego significa “seguir pidiendo”, “seguir buscando”, “seguir llamando”. Puede tomar algún tiempo antes de que obtengas la respuesta. Jesús dijo: “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?” (Lucas 18: 7). ¿Por qué a veces toma mucho tiempo antes de que llegue la respuesta? Porque Dios es una Persona, no una fuerza. Si Dios fuera una máquina o una fuerza, sólo orarías una vez y harías que la respuesta llegara. Pero Dios es una Persona. A veces Dios espera mucho tiempo antes de dar la respuesta.
Porque Dios es una Persona, no una fuerza, a veces la respuesta es “no”. La oración no es magia. No es manipular a Dios. La oración no hace que Dios haga las cosas. La oración pide a Dios que haga las cosas. Dios no es una fuerza. Él es una Persona. Debido a que Él es un Dios amoroso y cuidadoso, Él contesta la oración; no automáticamente como una fuerza, sino como una persona que responde a otra persona. Esto es lo básico de la oración. Hay muchas, muchas promesas en la Biblia. Dios honrará Su Palabra. Clama Su Palabra en oración. Recuerda que estás en un conflicto. Estás en una pelea. Lo que está en juego es mucho, y es real. En esta batalla de la vida Cristiana, es lo básico lo que te mantendrá vivo.
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(FIN DEL SERMÓN)
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El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamín Kincaid Griffith:
“What a Friend We Have in Jesus” (por Joseph M. Scriven, 1819-1886).
EL BOSQUEJO DE LO BÁSICO DE LA ORACIÓN – PARTE II por el Sr. John Samuel Cagan “¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla. Expondría mi causa delante de él, Y llenaría mi boca de argumentos” (Job 23:3-4). I. Primero, la respuesta de Dios a la oración, Éxodo 32:11-12, 13, 14; II. Segundo, por qué Dios contesta la oración, Juan 17:17; 10:35; |