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LA CHISPA DEL AMOR DE JESÚSpor el Sr. John Samuel Cagan Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles “Alabad a Jehová, invocad su nombre; Dad a conocer sus obras en los pueblos” (Salmo 105:1). |
Jesús no está muerto, Él está vivo. La obra de Jesús no está segregada únicamente a la historia. Jesús todavía está salvando y perdonando y amando gente hoy. Jesús está vivo. Los dioses de la historia antigua están muertos. Los dioses de los Filisteos están muertos. Los dioses de los Egipcios están muertos. Los dioses del Imperio Azteca están muertos. Pero Jesús está vivo. Jesús sigue salvando vidas de la muerte del pecado a Su vida y salvación.
“Alabad a Jehová, invocad su nombre; Dad a conocer sus obras en los pueblos”
(Salmo 105:1).
El mundo es frío y oscuro sin el amor de Jesús. Muchos vagan por el desierto de la vida sin perdón. Son atraídos por la luz eléctrica artificial del mundo como una palomilla esparcida en la oscuridad. No conocen el calor del amor de Jesús. Ellos no conocen al Salvador vivo. Sólo conocen a los dioses fríos y moribundos de este mundo presente que está pasando. No han sentido la chispa del amor de Jesús en sus vidas. No están perdonados. Están eternamente sin hogar. Son como ovejas que han perdido su camino. Es en este mundo, que te encuentras siendo perdonado y amado. Ustedes son un testimonio del infinito poder salvador eterno de Jesucristo.
“Alabad a Jehová, invocad su nombre; Dad a conocer sus obras en los pueblos”
(Salmo 105:1).
Este es un mundo frío y oscuro en el que vives. ¿Y cómo se calentará este mundo frío y peligroso? A través de la chispa del amor de Jesús.
Un fuego enciendes con una sola chispa,
Y pronto del calor del fuego muchos gozan,
Así es el amor de Dios, tú al recibirlo,
A todos extiendes Su amor, lo quieres compartir.
La gente necesita a Jesucristo. La gente necesita experimentar a Jesús y su amor. No sólo la gente, tus amigos necesitan a Jesús. Tus seres queridos necesitan a Jesús. Tus compañeros de clase necesitan a Jesús. La gente que conoces – ellos necesitan a Jesús. Nunca encontrarán a Jesús por sí mismos. Deben ser traídos a la iglesia. Deben escuchar el Evangelio predicado y encontrar a Jesús por sí mismos. Sólo entonces su mundo puede ser calentado por el amor y el perdón de Jesús. Ellos también pueden traer a sus amigos y sus seres queridos a la iglesia y a Jesús. Eres una chispa. Eres una chispa que puede encender un fuego. Por lo tanto, trae a alguien a la iglesia. Por lo tanto, compártelo.
Un fuego enciendes con una sola chispa,
Y pronto del calor del fuego muchos gozan,
Así es el amor de Dios, tú al recibirlo,
A todos extiendes Su amor, lo quieres compartir.
Deseo para ti, este gozo que encontré,
Puedes de él depender, no importa en donde estés,
Desde los montes gritaré, al mundo le diré,
A mi llegó el Señor de amor, lo quiero compartir.
(Traducción libre de “Pass It On” por Kurt Kaiser;
alterada por el Pastor).
“Alabad a Jehová, invocad su nombre; Dad a conocer sus obras en los pueblos”
(Salmo 105:1).
I. Primero, la gente necesita una iglesia local cariñosa, unida.
La gente es solitaria. La gente necesita venir a una iglesia con gente que los ama. Si van a la misa Católica no van a curar su soledad porque allí la gente apenas habla y a menudo ni siquiera se conocen. Es imposible para ellos sentir el amor de Jesús en esa situación. No hay oportunidad de que una chispa encienda una llama en su corazón. Lamentablemente, la mayoría de las iglesias evangélicas nuevas tampoco tienen nada que ofrecer. Una iglesia que está compuesta por personas que han tocado al Hijo de Dios por fe tiene algo que ofrecer. Hay una chispa en esas personas. Hay una chispa porque Jesús ha hecho algo por ellos. Han experimentado el amor de Dios en la salvación en Cristo Jesús. El amor de Jesús arde en las brasas de sus corazones. Una iglesia que es encendida por el amor de Jesús puede alcanzar la soledad del hombre.
En el libro de Los Hechos leemos: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión…” (Hechos 2:42). La palabra “comunión” significa “compartir” y “compañerismo”. Se refiere al amor que se expresa en una iglesia local del Nuevo Testamento. La gente necesita la iglesia local. La gente necesita estar en la iglesia para escuchar la predicación del Evangelio. Pablo predicó el Evangelio de Jesús en las iglesias locales, como la iglesia de Corinto. Pablo estaba extendiendo la chispa dentro de él, y el mundo se encendió.
Un fuego enciendes con una sola chispa,
Y pronto del calor del fuego muchos gozan,
Así es el amor de Dios, tú al recibirlo,
A todos extiendes Su amor, lo quieres compartir.
La gente necesita venir a la iglesia para escuchar el Evangelio y ser salva. A menudo toma muchos sermones antes de que una persona sea convertida, pero si nunca vienen jamás será convertida. El evangelismo en el Nuevo Testamento es el evangelismo de la iglesia local. En la Biblia se nos dice que las primeras iglesias “aumentaban en número cada día” (Hechos 16:5). El Nuevo Testamento no sabe nada del evangelismo aparte de la iglesia local.
La Biblia dice de la primera iglesia:
“Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día”
(Hechos 16:5).
Este es el método de evangelismo en el Libro de Los Hechos. Allí la gente fue traída inmediatamente a la iglesia, de modo que las iglesias “aumentaron en número cada día” (Hechos 16: 5).
Jesús dijo:
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:19-20).
Estas palabras de Jesús hacen claro que el verdadero evangelismo hace discípulos. Pero ¿cómo serán hechos estos discípulos? Deben hacerse dentro de la iglesia local. La gente debe ser traída a la iglesia. Deben ser sacados de la frialdad del mundo y traídos a la iglesia local.
Pero la iglesia debe ser diferente del mundo. La iglesia debe tener la chispa del amor y la unidad que el mundo no tiene. Jesús dijo que cuando una iglesia local tiene unidad, el mundo creerá que Dios le ha enviado.
“Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste” (Juan 17:21).
Cuando una iglesia local del Nuevo Testamento tiene unidad, el mundo perdido puede sentir que Jesús y Su amor son reales. Jesús dijo que ellos sabrán “que tú me enviaste, y que los has amado” (Juan 17:23). El amor y la unidad son de la más alta importancia en la iglesia local. El avivamiento viene en una atmósfera de unidad, “para que todos sean uno”. Así, para que el evangelismo de la iglesia local sea efectivo, las personas perdidas deben entrar a una iglesia donde los Cristianos se aman. Entonces los perdidos creerán “que tú me enviaste, y que los has amado” (Juan 17:23). Podemos decirle a la gente perdida que Dios los ama, pero no nos creerán hasta que nos vean amarnos unos a otros. Entonces ellos creerán “que tú me enviaste, y que los has amado” (Juan 17:23).
La iglesia local es el lugar donde se puede encontrar el amor de Jesús y donde se predica el Evangelio. La gente necesita la iglesia. No sólo la gente – tus amigos necesitan la iglesia. Tu familia necesita la iglesia. Tu compañero de clase necesita la iglesia. La iglesia es donde tú encontraste el amor de Jesús – por lo tanto, compártelo.
Deseo para ti, este gozo que encontré,
Puedes de él depender, no importa en donde estés,
Desde los montes gritaré, al mundo le diré,
A mi llegó el Señor de amor, lo quiero compartir.
“Alabad a Jehová, invocad su nombre; Dad a conocer sus obras en los pueblos”
(Salmo 105:1).
II. Segundo, trae gente a la iglesia local a través del amor y la determinación.
La Biblia nos muestra cómo Jesús obtuvo Sus Discípulos,
“Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret. Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve” (Juan 1:45-46).
Felipe dijo: “Ven y ve”.
Jesús salvó a una mujer de su pecado en un pozo. La Biblia dice:
“Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?” (Juan 4:28-29).
La mujer dijo: “Venid, ved a un hombre”. Felipe dijo: “Ven y ve”. Esta es la manera en que la primera iglesia hizo evangelismo. Ellos dijeron: “Ven y ve”, y la gente llegó por centenares a las iglesias locales para escuchar el Evangelio.
“Y el Señor añadía cada día a la iglesia [en Jerusalén] los que habían de ser salvos”
(Hechos 2:47).
“Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día.”
(Hechos 16:5).
Nota que Felipe y la mujer no sólo oraron para que la gente viniera a ver. Fueron tras ellos, y los forzaron a venir. Jesús, dándoles una parábola a Sus discípulos acerca del evangelismo, dijo: “Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa” (Lucas 14:23). La palabra “fuérzalos” significa tirar, empujar y luchar con determinación (Strong, 315). Jesús no estaba diciendo a Sus discípulos que fueran a orar para que la gente entrara, sino a presionarlos con determinación para entrar.
En nuestra iglesia comprendemos esta dinámica de salir y forzarlos a venir en relación a traer visitantes a nuestra iglesia. Sin embargo, pensamos de manera diferente cuando se trata de traer a nuestros amigos, nuestra familia, y la gente que conocemos y amamos. En su lugar, oramos por ellos. Oramos por ellos, y pensamos que esto será suficiente. La Biblia dice:
“A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne” (Judas 22-23).
Nota que algunos son ganados por amor, pero otros son ganados arrebatándolos del fuego. Se ganan cuando alguien decide tomar un enfoque más contundente y apasionado para ganar sus almas. Muchas veces nuestros corazones se exaltan al recordar cómo nuestro pastor, Dr. Hymers ganó a su madre a Jesús a la edad de 80 años. Sin embargo, Dr. Hymers no ganó a su madre a Jesús orando y esperando la respuesta. Dr. Hymers literalmente luchó para traer a su madre a la iglesia. A veces ella le gritaba cuando él intentaba traerla a la iglesia. Pero él estaba decidido a arrebatarla del fuego. Estaba decidido a llevarla a la iglesia.
“A otros salvad, arrebatándolos del fuego” (Judas 23).
Mi madre trajo a su madre a la iglesia el Domingo por la mañana y a los banquetes durante muchos años, pero nunca fue salva. Una tarde, Dr. Hymers le dijo a mi madre que mi abuela nunca sería salva a menos que la trajera el Domingo por la mañana y el Domingo por la noche. Eso parecía demasiado pedir. Mi abuela tenía más de ochenta años. Cuidaba de su hija enferma en casa. No podía venir tanto el Domingo por la mañana y el Domingo por la noche. Pero mi madre la hizo venir. Ella la forzó a venir. Ella la trajo con determinación porque el alma de su madre estaba en riesgo. La familia de mi madre estaba muy molesta con mi madre. Pensaban que estaba siendo demasiado extrema. Pero mi madre soportó sus regaños y sus peleas, e hizo todo lo que estaba a su alcance para arrebatar a su madre del fuego. Unos meses más tarde, mi abuela de El Salvador, con más de ochenta años, fue salva por Jesús y ahora es miembro de nuestra iglesia.
“A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego”
(Judas 22-23).
La iglesia crece sólo cuando la gente entra y ve cuánto se aman los Cristianos. La iglesia crece solamente cuando la gente es forzada a entrar. Nosotros decimos, “Ven y ve”, y ellos vienen y oyen el Evangelio y son salvos. Ese es nuestro propósito de traer a la gente a escuchar el Evangelio. Trae a tu familia. Trae a tus amigos. Trae a tus compañeros de clase y compañeros de trabajo. Trae a la gente que conoces. Tráelos, para que puedan venir y ver lo que has encontrado. Has encontrado el amor de Jesús. Has encontrado el perdón de los pecados. Has encontrado una familia de Dios. Has encontrado la chispa del amor de Jesús, por lo tanto, compártelo.
Un fuego enciendes con una sola chispa,
Y pronto del calor del fuego muchos gozan,
Así es el amor de Dios, tú al recibirlo,
A todos extiendes Su amor, lo quieres compartir.
Que maravilloso tiempo Es la primavera,
Las aves cantando, las plantas floreciendo,
Así es el amor de Dios, tú al recibirlo,
Quieres cantar, te refresca, lo quieres compartir.
Deseo para ti, este gozo que encontré,
Puedes de él depender, no importa en donde estés,
Desde los montes gritaré, al mundo le diré,
A mi llegó el Señor de amor, lo quiero compartir.
“Alabad a Jehová, invocad su nombre; Dad a conocer sus obras en los pueblos”
(Salmo 105:1).
CUANDO LE ESCRIBAS A DR. HYMERS DEBES DECIRLE DE QUE PAÍS LE ESTÁS ESCRIBIENDO O ÉL NO PODRÁ CONTESTAR TU CORREO. Si estos sermones te bendicen por favor envía un correo electrónico a Dr. Hymers y díselo pero siempre incluye de qué país estás escribiendo. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net (oprime aquí). Puedes escribirle a Dr. Hymers en cualquier idioma, pero escribe en Inglés si es posible. Si deseas escribirle a Dr. Hymers por correo postal, su dirección es P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Puedes llamarle por teléfono al (818) 352-0452.
(FIN DEL SERMÓN)
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El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Blest Be the Tie” (por John Fawcett, 1740-1817).
EL BOSQUEJO DE LA CHISPA DEL AMOR DE JESÚS por el Sr. John Samuel Cagan “Alabad a Jehová, invocad su nombre; Dad a conocer sus obras en los pueblos” (Salmo 105:1). I. Primero, la gente necesita una iglesia local cariñosa, unida, II. Segundo, trae gente a la iglesia local a través del amor y la |