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¡ENEMISTAD CONTRA DIOS!Un sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr. “La mente carnal es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede” (Romanos 8:7). |
Aquí la Biblia da una clara acusación del hombre en su estado natural. La mente de la carne es la mente con la cual naciste. Cada niño nace con esta mente. Matthew Henry dijo que “esto habla de un diablo de un hombre. [Él] no es solo un enemigo, sino la enemistad misma…la oposición del alma contra Dios; se rebela contra su autoridad, [opone] su interés, escupe en su rostro. ¿Puede haber peor enemigo?” ¿Puede haber una mayor rebelión contra el Dios que te hizo? (Traducción de Matthew Henry’s Commentary on the Whole Bible,Hendrickson Publishers, edicion 1996, volumen 6, p.335; nota sobre Romanos 8:7).
“La mente carnal es enemistad contra Dios…” (Romanos 8:7).
La palabra Griega traducida “enemistad” es “echthra.” Significa “hostilidad.” Es traducida incorrectamente en la NASV y NIV como “es hostil.” No, “echthra” no es “es hostil,” sino más bien, “hostilidad” o “enemistad.” La mente del hombre caído no es meramente hostil a Dios; ¡es la hostilidad misma! ¡La mente carnal es hostilidad contra Dios! El Dr. Lenski dijo:
…[echthra]…significa animosidad personal, odio, disgusto, y oposición contra Dios (R. C. H. Lenski, D.D., The Interpretation of St. Paul’s Epistle to the Romans, Augsburg Publisihing House, Edicion 1961, p. 506; comentario sobre Romanos 8:7).
¡Qué diferente es esto del hombre como originalmente él fue creado! En el principio,
“Creó Dios al hombre a su imagen” (Génesis 1:27).
Al principio el hombre vivió en harmonía perfecta con Dios.
“Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase” (Génesis 2:15).
Pero Adán peco contra Dios, y así trajo la ruina y la culpa a toda su descendencia – a toda la raza humana porque todos descendimos de Adán. La Palabra de Dios dice que nuestra naturaleza pecaminosa fue heredada de Adán al principio de la historia humana.
“El pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte” (Romanos 5:12).
“Por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores” (Romanos 5:19).
O sea, toda la raza humana se hizo pecadora por naturaleza y culpa – en ese hombre, Adán – “por la desobediencia de un hombre” todos los seres humanos “fueron constituidos pecadores”. Por el pecado de Adán, cayo la humanidad, y
“La mente carnal [se hizo] enemistad contra Dios…” (Romanos 8:7).
Bien describió Matthew Henry al hombre caído como “un diablo de un hombre” (ibíd.). La palabra Satanás se traduce de la palabra Griega “Satanás,” que significa “adversario”, antagonista, enemigo. Cuando Lucifer pecó, cayo y se hizo Satanás, el enemigo de Dios (Isaías 14:12-15; Ezequiel 28:13-17). Cuando el hombre cayó, él se hizo “enemigo contra Dios.” Spurgeon señaló que el Apóstol Pablo uso un nombre, no un adjetivo. Así, no dice que el hombre esta opuesto a Dios, sino que es “enemistad misma…no rebelde, sino que es la rebelión…no en enemistad, sino que es la enemistad actual” (traducción de C. H. Spurgeon, “The Carnal Mind Enmity Against God,” The New Park Street Pulpit, Pilgrim Publications, 1981 reprint, volume I, p. 150).
“La mente carnal es enemistad contra Dios…” (Romanos 8:7).
Esta mañana mostraré tres hechos de este texto.
I. Primero, la verdad de tener una mente carnal que está contra Dios.
Si tú eres honesto contigo mismo, tú puedes algún día ver que esto es cierto. Yo no puedo ver como tú puedes ser verdaderamente convertido sin primero admitir que estás contra el Dios de la Biblia. Pero por gracia tú puedes empezar a ver que tu mente inconversa está contra Dios. Tu mente aun rechaza a Dios en tu experiencia diaria. Puedes leer la Biblia capítulo por capítulo, y solo recibir el significado de las palabras, y así tu lectura Bíblica no tiene valor para tu alma. Los grandes Cristianos del pasado leyeron la Biblia y se la “comieron,” como los Hebreos comieron el mana que los alimento en el desierto. En Ezequiel 3:2 el profeta dijo: “Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo [de las Escrituras]”. El Apóstol Juan dijo: “Tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí” (Apocalipsis 10:10). El Dr. McGee dijo: “Comer el librito significa recibir la Palabra de Dios por fe” (J. Vernon McGee, Th.D., A Través de la Biblia, Thomas Nelson, 1983, volumen V, nota sobre Apocalipsis 10:10). El profeta Jeremías hizo lo mismo. Él dijo: “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón” (Jeremías 15:16). Los profetas y el Apóstol Juan comieron la Palabra de Dios y fue dulce para ellos. Comieron las Escrituras como los Hebreos comieron maná en el desierto.
¿Qué quiero decir cuando digo que “comieron” la Biblia como el maná y fueron alimentados de ella por Dios? ¿Qué significa eso? Significa que estos hombres piadosos en los tiempos de la Biblia se satisfacían al comer la Palabra de Dios, se satisfacían como los Hebreos cuando comían el maná en el desierto. Encontraron, cuando comieron la Palabra de Dios, que alimentó sus almas. Encontraron, cuando comieron la Palabra de Dios, que ella alimentó sus mismas almas. Encontraron que Dios estaba presente con ellos, alimentándolos de Su Palabra, al leerla, y devoraban lo que leían
.Pero tu mente carnal, no convertida, nunca siente que Dios te está alimentando cuando lees la Biblia. ¿Por qué? La respuesta es bastante simple – hay un velo que cubre tu corazón. Como dijo el Apóstol Pablo:
“Cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos” (II Corintios 3:15).
Ese “velo” fue puesto allí, para cubrir tu corazón, por Satanás, para mantener tu mente carnal, inconversa de alimentarse de la Biblia, y de recibir beneficio espiritual al leerla. En el siguiente capítulo de Segunda de Corintios, vemos que la Biblia no le hace bien a pecadores inconversos, se nos da la razón de esto –
“Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos” (II Corintios 4:3-4).
Tú ves, el Diablo pone ese velo sobre tu corazón, para que no tengas beneficio espiritual por leer la Biblia. Esto es vitalmente importante. Si tú no eres convertido, ¿no es cierto que tú lees la Biblia mecánicamente, como una tarea que tienes que hacer? ¿No es cierto que Dios nunca le habla profundamente a tu corazón cuando haces tú lectura Bíblica? ¿No es cierto que tú solo la lees porque eres supuesto hacerlo? ¿No es cierto que Dios no está contigo, hablando a tu corazón, cuando lees tu Biblia en la casa? ¿Y no es este un regaño para ti? ¿Nunca te molesta? ¿Y no es una prueba real de que tu
“mente carnal es enemistad contra Dios”? (Romanos 8:7).
Lo mismo puede ser dicho de la oración. ¿Has llegado cerca a Dios en oración? ¿Alguna vez ha bajado Dios a tu cuarto y llenado tu corazón con gozo inexplicable mientras oras? ¿Y si esto es cierto de ti no es prueba real de que tu
“mente carnal es enemistad contra Dios”? (Romanos 8:7).
¿No muestra esto claramente que tú no gozas de Dios, como los verdaderos Cristianos? ¿No muestra esto que estás mal por dentro? ¿No gozaría, al menos a veces, un verdadero Cristiano la presencia de Dios en oración? Pero tú nunca disfrutas tal gozoso, maravilloso compañerismo con Dios en oración, ¿verdad? De hecho, ¿no parecen secas y aburridas la lectura Bíblica personal y la oración para ti? ¿Y que puede ser la causa de esto, si no el hecho que tú realmente no quieres estar cerca de Dios para nada, que realmente no te gusta la Biblia, y que realmente no te gusta orar? ¿Acaso no piensas de la lectura Bíblica y oración como una tarea, trabajo duro que no te gusta? Y si eso es cierto, ¿no es esto prueba que tu
“mente carnal es enemistad contra Dios”? (Romanos 8:7).
Y cuando vas a evangelismo, ¿no te pasa lo mismo? Una joven se fue de la iglesia hace poco porque ella dijo, “El evangelismo es una tarea”, trabajo difícil del cual no hallo gozo. Que diferente era ella de los antiguos Cristianos que salieron a evangelizar, aunque fueron severamente perseguidos,
“Gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre” (Hechos 5:41).
Vas a evangelizar “gozoso,” como ellos – o solo parece como dura tarea que tienes que hacer, ¿pero nunca sientes gozo al hacerlo? Si eso es cierto, ¿no es prueba que tu
“mente carnal es enemistad contra Dios”? (Romanos 8:7).
¿Y cuando vienes a la iglesia el Domingo, estas ansioso de oír lo que Dios te dirá mediante la predicación de Su Palabra? ¿O vienes y miras al piso, o en el espacio, sin disfrutar los sermones para nada – no obteniendo comida espiritual o gozo de ellos? Y si eso es cierto de ti, ¿no es prueba que tu
“mente carnal es enemistad contra Dios”? (Romanos 8:7).
Y cuando nos juntamos a comer y tener compañerismo después del servicio en la mañana y después del servicio en la noche, ¿estás ansioso de tener compañerismo con los Cristianos? ¿Estás ansioso de hablar con los perdidos que visitan nuestra iglesia? ¿O está tu mente en otras cosas, tanto que no te aguantas de salir de la iglesia y hacer algo que da más placer a tu mente carnal? Y si eso es cierto de ti, ¿no es esta otra prueba que tu
“mente carnal es enemistad contra Dios”? (Romanos 8:7).
Y si tú vienes al frente del altar, después del servicio, ¿estás muy ansioso e interesado en oír lo que Dr. Hymers, Dr. Cagan o yo te digamos? ¿Te inclinas hacia el frente para escuchar atentamente nuestras instrucciones tocante a tu conversión? ¿O argumentas con nosotros en tu mente, o apagas tu mente y no escuchas, o escuchas las palabras que decimos y luego las olvidas? ¿No son todas estas cosas una fuerte prueba que tu
“mente carnal es enemistad contra Dios”? (Romanos 8:7).
Pues, si tu mente no fuera hostil hacia Dios tú devorarías ansiosamente los sermones, ¡escuchando como si tu vida dependiera de ello! Te llevarías los manuscritos del sermón a casa y los leerías cada noche antes de irte a la cama. Si tu mente no fuera hostil hacia Dios, tú te inclinarías hacia el frente y tomarías muy seriamente lo que Dr. Hymers, Dr. Cagan y yo te decimos cuando te aconsejamos, ¿verdad?, – si tu mente carnal no estuviera en “enemistad contra Dios.” ¿Tengo la razón? En tu propio modo lerdo y perezoso, ¿no prueban estas actitudes que tienes que tu
“mente carnal es enemistad contra Dios”? (Romanos 8:7).
II. Segundo, la culpa enorme de tener una mente carnal que está contra Dios.
“La mente carnal es enemistad contra Dios…” (Romanos 8:7).
Las palabras del texto son retrato completo del pecado enorme de tener una mente contra Dios, ¿no lo son? Los Hebreos “murmuraron” contra Moisés cuando viajaron de Egipto a través del desierto.
“Entonces el pueblo murmuró contra Moisés” (Éxodo 15:24).
Al principio ellos no dijeron directamente que estaban contra Dios. Solo dijeron entre sí disgustados que Moisés los había guiado fuera de Egipto. Fueron muy pecaminosos por hacer eso, porque en verdad murmuraban contra Dios, quien envió a Moisés para liberarlos.
Mi amigo, ¿no tienes los mismos sentimientos que ellos tuvieron? ¿No te murmuras a ti mismo que nuestra iglesia es muy estricta? Y todo el evangelismo que sientes que debes hacer por la iglesia – ¿no te hace murmurar contra Dios y desear que no tuvieras que hacer todo esta obra de evangelismo? ¿Y no te muestran las quejas en tu corazón la culpa enorme que has atesorado en el archivo de Dios? Porque tu
“mente carnal es enemistad contra Dios” (Romanos 8:7).
¿No es tu enemistad contra Dios un pecado horrible a la vista de Él? ¿No eres tú culpable delante de Dios por tener un corazón tan pecaminoso? La Biblia dice:
“Jehová…de ningún modo tendrá por inocente al malvado”
(Éxodo 34:6-7).
“La paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23).
“Entonces dirá…Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno”
(Mateo 25:41).
¿Por qué vendrán estos juicios a ti? Vendrán a ti porque tu
“mente carnal es enemistad contra Dios” (Romanos 8:7).
III. Tercero, solamente Jesús te puede liberar de una mente carnal que está contra Dios.
Sí, Jesús te puede salvar de la esclavitud a Satanás y la carnalidad de tu mente impía. Pero, en hacerlo, las cadenas de pecado que te atan como prisionero tienen que ser rotas. Solamente Dios puede hacer eso.
La manera que Dios rompe las cadenas de pecado de tu mente carnal es mostrándote cuan impío y malvado esta tu corazón rebelde delante de Él. Eso es la obra del Espíritu de Dios.
“Cuando el venga, convencerá al mundo de pecado” (Juan 16:8).
Esto es, el Espíritu de Dios te convencerá a ti de la impiedad de tu corazón. Generalmente Dios te hará sentir muy pecaminoso. Él te hará sentir que tu corazón y mente han sido hostiles y rebeldes contra Él. Él hará que te mires a ti mismo con horror – como un “hombre diablo” – en las palabras de Matthew Henry.
Solo cuando te ves a ti mismo como un pequeño Satanás, en contra de Dios con tu mente carnal, escupiendo en la cara de Jesús porque tu corazón es tan rebelde, tan malvado, como fue el corazón del sumo sacerdote que escupió en el rostro de Jesús, y dijo, “Crucifícale, crucifícale.” Solo cuando sientas que tu corazón es tan malvado como el suyo estarás bajo convicción, quebrantado, y sentirás lo que John Owen llamó “el horror de las tinieblas,” y la ira de Dios sobre ti. Solamente entonces estarás de acuerdo en tu corazón que tu
“mente carnal es enemistad contra Dios” (Romanos 8:7).
Solo entonces estarás quebrantado, a menudo en lágrimas, y dirás,
“¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7:24).
Y solamente entonces sentirás el llamado de Jesús como gran alivio a tu mente pecaminosa cuando Él te dice:
“Venid a mí…y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).
Solamente al sentir el horror de tu pecado irás a Jesús, confiarás en Él, y serás librado de tu mente carnal, y limpiado de tu pecado en el record de Dios por Su Sangre. Solamente entonces sabrás lo que significa ser salvo por Jesús,
“el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).
Solamente entonces confiarás en Jesús y serás salvo por Su Sangre y Justicia. Dr. Hymers, por favor venga y cierre estse servicio.
CUANDO LE ESCRIBAS A DR. HYMERS DEBES DECIRLE DE QUE PAÍS LE ESTÁS ESCRIBIENDO O ÉL NO PODRÁ CONTESTAR TU CORREO. Si estos sermones te bendicen por favor envía un correo electrónico a Dr. Hymers y díselo pero siempre incluye de qué país estás escribiendo. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net (oprime aquí). Puedes escribirle a Dr. Hymers en cualquier idioma, pero escribe en Inglés si es posible. Si deseas escribirle a Dr. Hymers por correo postal, su dirección es P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Puedes llamarle por teléfono al (818) 352-0452.
(FIN DEL SERMÓN)
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El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“I Am Amazed” (por A. H. Ackley, 1887-1960).
EL BOSQUEJO DE ¡ENEMISTAD CONTRA DIOS! Un sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr. “La mente carnal es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la (Génesis 1:27; 2:15; Romanos 5:12, 19) I. Primero, la verdad de tener una mente carnal que está contra Dios, II. Segundo, la culpa enorme de tener una mente carnal que está contra III. Tercero, solamente Jesús te puede liberar de una mente carnal que
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