Print Sermon

El propósito de este sitio de Internet es proporcionar manuscritos de sermones gratuitos y videos de sermones a pastores y misioneros en todo el mundo, especialmente en el Tercer Mundo, donde hay pocos, si es que hay, seminarios teológicos o escuelas Bíblicas.

Estos manuscritos de sermones y videos ahora van a casi 1,500,000 computadoras en más de 221 países todos los meses en www.sermonsfortheworld.com. Otros cientos miran los videos en YouTube, pero rápidamente dejan YouTube y vienen a nuestro sitio de Internet. Los manuscritos de sermones se dan en 46 idiomas a casi 120,000 computadoras cada mes. Los manuscritos de sermones no tienen derecho de autor, así que los predicadores pueden usarlos sin nuestro permiso. Por favor, oprime aquí para aprender cómo puedes hacer una donación mensual para ayudarnos en esta gran obra de predicar el Evangelio a todo el mundo.

Cuando le escribas a Dr. Hymers, siempre dile en qué país vives o él no te podrá contestar. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net.




¡PON TUS OJOS EN JESÚS – NO EN OTRA PARTE!

Un sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr.
y predicado por el Sr. John Samuel Cagan
en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Noche del Día del Señor, 22 de Enero, 2017

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” (Hebreos 12:2).


Toda la vida de un Cristiano se resume en estas palabras: “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”. Comienzas la vida Cristiana poniendo tus ojos en Jesús. Terminas la vida Cristiana poniendo tus ojos en Jesús. “Puestos los ojos en Jesús” describe la fe misma. Naces de nuevo “poniendo tus ojos en Jesús”. Vives la vida Cristiana “poniendo tus ojos en Jesús”. Mueres como Cristiano “poniendo tus ojos en Jesús”. Eres salvo de la culpa del pecado “poniendo tus ojos en Jesús”. Vences al mundo “poniendo tus ojos en Jesús”. Recibes respuesta a tus oraciones “poniendo tus ojos en Jesús”. Tú triunfas sobre la muerte “poniendo tus ojos en Jesús”.

Y sin embargo, es imposible para el hombre natural hacer eso, aunque parezca tan simple después que lo hayas hecho. Pero el hombre en su estado natural lo ha

“Despreciado y desechado…y como que escondimos de él el rostro” (Isaías 53:3).

Y es el deber del predicador mostrar al hombre natural la necedad de no poner los ojos sobre Él. Lo hacemos predicando sobre el vacío de la vida sin Jesús. Hacemos esto dando ejemplos de personas que malgastaron sus vidas porque no pusieron sus ojos en Él. Hacemos esto también hablando sobre el Infierno y el tormento eterno. Hacemos esto al hablar del pecado y sus consecuencias. Hacemos esto hablando de los pecadores en las manos de un Dios airado. Hacemos esto advirtiendo del pecado imperdonable.

Todas estas grandes verdades Bíblicas son predicadas para despertar al hombre natural, y mostrarle la falta de sabiduría y lo absurdo de no “poner los ojos en Jesús”. Y cuando la gracia de Dios llega a un hombre, él despertará y se dirá a sí mismo, “¡Qué necio fui al no poner mis ojos en Jesús!”

En este simple sermón voy a contestar algunos pensamientos que puedas haber tenido. Esos pensamientos son contestados por nuestro texto,

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”
        (Hebreos 12:2).

I. Primero, estás ambivalente acerca de Jesús.

La palabra “ambivalente”, según el diccionario, significa “atracción y repulsión simultánea de un objeto”. “Simultánea” significa “al mismo tiempo”. La persona que dijo “soy ambivalente” sabe muy bien el Español. Esta persona sabe que la palabra “ambivalente” significa que es atraído hacia Jesús y repelido de Él al mismo tiempo. ¿Por qué se siente atraído y repelido simultáneamente? Es porque se detiene entre dos opiniones, porque es “de doble ánimo” acerca de Jesús (Santiago 1:8). Es porque es pecaminoso. Es porque él no quería dejar de ser pecador. ¡Es porque quería practicar el pecado y ser salvo al mismo tiempo!

No eres diferente. Tú también eres atraído y repelido a Jesús al mismo tiempo. Tú también te detienes entre dos opiniones. ¿Por qué te detienes entre dos opiniones? Quieres seguir siendo pecador y ser salvo por Jesús al mismo tiempo. Quieres mantener a tus amigos perdidos y ser salvo al mismo tiempo. Deseas continuar viendo pornografía y ser salvo al mismo tiempo. Quieres jugar los juegos de video por horas al día y ser salvo al mismo tiempo. Pero nunca serás salvo de esta manera.

De esta manera era el rico joven gobernante. Quería a Jesús – pero al mismo tiempo quería vivir por dinero. Era ambivalente. ¡Él quería servir a Jesús y servir el dinero al mismo tiempo! ¡No se puede hacer! ¡No puedes servir a tu familia y a Jesús al mismo tiempo! El Año Nuevo Chino será la próxima semana. Si eres de ascendencia Asiática, tus padres tratarán de hacerte faltar a la iglesia para ir a celebrar con ellos. ¡Pero no puedes servir a tu familia y a Jesús al mismo tiempo! El Domingo es el día del Señor. ¡Debemos estar en la iglesia el Domingo!

¡Debes hacer comprender a tu familia que no puedes estar con ellos el Domingo para el Año Nuevo Chino porque tienes que estar en la iglesia! Pídeles que planifiquen la celebración en otro momento, ¡cuando no entre en conflicto con el horario de la iglesia! ¡Si no lo hacen, entonces tendrás que arriesgar el enojo de tus padres y estar en la iglesia el Domingo! ¡Si no estás en la iglesia este Domingo, serás igual que el rico joven gobernante que no podía renunciar a sus riquezas para seguir a Jesús! ¡No podrás renunciar a tu familia para seguir a Jesús! ¡Serás ambivalente hacia Jesús! Esto no es nada raro en la Biblia. Judas era ambivalente hacia Jesús. Los dos hombres, el rico joven gobernante y Judas, perdieron sus almas porque continuaron en ambivalencia, al mismo tiempo repelidos y atraídos por Jesús, hasta que fue demasiado tarde.

¡No seas como el rico joven gobernante y Judas! Resuelve tu ambivalencia y lánzate a Jesús por fe,

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”
        (Hebreos 12:2).

En última instancia será una o la otra contigo, como es con todas las personas que son atraídas y repelidas simultáneamente hacia Jesús. Recuerdo el momento exacto en que dejé de ser ambivalente. Tú también puedes. Cruza a Jesús sin importar lo que cueste y serás salvo en un instante.

II. Segundo, pon tus ojos en Jesús, no en la Biblia.

Tu problema es que estás poniendo tus ojos en la Biblia, en vez de tener

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”
        (Hebreos 12:2).

Esta generación es diferente a otras generaciones. En generaciones pasadas, la gente hacía cosas porque “así lo sentían”. La gente estaba en contacto con sus emociones. Debido a que estaban en contacto con sus sentimientos, también eran fácilmente confundidos por ellos. Esta generación es diferente en muchos aspectos de las generaciones pasadas. Quieres saber cosas. Quieres saber las cosas con seguridad. Deseas poder ir al internet y leer un manual paso a paso y luego practicarlo. Después de haber aprendido algo y haberlo practicado – ahora lo sabes. Quieres respuestas. Quieres saber las cosas mentalmente. El Diablo usa esta tendencia para engañarte haciéndote buscar respuestas en la Biblia. Pero la Biblia no es la respuesta a tu problema. Jesús es la respuesta.

Tú puedes comprender mentalmente que eres un pecador. Puedes estar de acuerdo usando la evidencia y las razones dadas en los sermones de que necesitas a Jesús. Pero no has sentido tu necesidad de Jesús. No has sentido lo que es estar perdido. No has sentido lo que es tener miedo, estar desesperado y sin esperanza. Debido a que no te sientes de esta manera, estás buscando por alguna experiencia mental, no espiritual. Quieres una realización mental de alguna verdad que puedes aprender de la Biblia. ¡Pero saber la Biblia no es importante! Lo que es importante es Jesús. ¡Estás escondiendo tu rostro de Jesús cubriéndolo detrás de la teología y la doctrina y de más aprendizaje! En la conversión, Jesús ya no es “despreciado y rechazado”. Ya no escondes tu rostro “de él” (Isaías 53:3). En vez, dirás con Tomás,

“¡Señor mío, y Dios mío!” (Juan 20:28).

Puedes girar por meses, o incluso años, en busca de nueva información. Pero realmente confías en tu propia mente, en lugar de mirar hacia afuera a Jesús. Si sigues confiando en tu mente nunca serás convertido. Estás buscando por el progreso mental que te salvará. La Biblia te describe tal como “siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad” (II Timoteo 3:7). ¡Deja de confiar en tu mente! ¡Nunca aprenderás esto! ¡Nunca puedes aprender lo suficiente! ¡Deja de examinar la Biblia! ¡La Biblia no tiene Sangre para lavar tus pecados! ¡Examina a Jesús!

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”
        (Hebreos 12:2).

Tú no haces eso; tú pones tus ojos en las doctrinas de la Biblia en vez de poner tus ojos en Jesús. ¡Pero incluso creer algo acerca de Jesús no es poner los ojos en Jesús! Aunque creas toda la Biblia de principio a fin, eso no te salvará. Los Fariseos creían la Biblia, ¡pero no pusieron sus ojos en Jesús, sino que lo odiaban! ¡Yo creía la Biblia! Yo creía que Jesús murió por mis pecados y resucitó al tercer día. Sin embargo, no significaba nada para mí. No significaba nada para mí porque yo era un pecador que no quería a Jesús. No significaba nada para mí porque no quería que Jesús lavara mis pecados con Su Sangre.

Yo era orgulloso y rebelde. No quería que Jesús me salvara. Por eso el Espíritu Santo de Dios tuvo que quebrantarme. Por eso el Espíritu Santo tuvo que mostrarme mi terrible condición pecaminosa. Por eso el Espíritu Santo tuvo que hacerme necesitar a Jesús. ¡Cuando el Espíritu Santo me convenció de mi pecado, yo necesitaba un Salvador, no una doctrina! ¡Cuando me sentí desesperado y convencido de mi pecado, puse mis ojos en Jesús! ¡Era Jesús quien yo necesitaba! ¡No necesitaba cierta certeza doctrinal! Creer en algún hecho es sólo un ejercicio mental; ¡no es salvación! ¡Todas las doctrinas de la Biblia apuntan a Jesús! ¡Todas las doctrinas de la Biblia te dirigen a Jesús! ¡Aléjate de las doctrinas, y pon tus ojos en Jesús!

¡Aunque no puedes ver a Jesús con tus ojos, debes poner tus ojos en Jesús por fe! Dr. Hymers señaló que cuando Moisés levantó la serpiente de bronce al pueblo de Israel, ¡indudablemente la mayoría de los que habían sido mordidos por las serpientes venenosas no pudieron ver la serpiente de bronce! ¡Había más de un millón de personas en el campamento del pueblo de Israel! ¡Algunos de ellos deben haber sido ciegos! ¡Otros estarían demasiado enfermos para moverse! ¿Cómo podrían todos ver la serpiente de bronce y ser salvos? ¡Sería imposible! ¡Ellos tendrían que mirar hacia la serpiente de bronce! ¡Ellos tendrían que mirar hacia la serpiente de bronce por fe! ¡Ellos fueron salvos aunque no pudieron ver la serpiente de bronce! ¡Tú también debes mirar hacia Jesús! ¡Pon tus ojos en Jesús por fe! Aunque no puedes verlo, ¡Jesús te salvará si miras a Él!

Si estás descansando en información, ¡estás perdido! ¡Si estás descansando en tu capacidad de aprender, estás perdido! ¡Ya sabes lo suficiente! ¡Ahora debes sentirte perdido! ¡Debes tener una experiencia más profunda que aprender! Debes sentir que nada en el mundo importa porque no tienes el perdón de los pecados que Jesús trae. Esta es una experiencia personal. Estás tratando de creer lo suficiente en la Biblia para ser salvo. Estás tratando de forzarte a confiar en doctrinas que no puedes probar. Tú estás tratando de reunir suficiente fe para confiar en la información. Todo esto es auto-salvación. No eres salvo creyendo en la Biblia o creyendo algo acerca de Jesús. ¡No no! ¡Estás buscando la salvación en la Biblia! ¡La salvación está en Jesús!

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”
       (Hebreos 12:2).

Cuando el carcelero de Filipos dijo: “¿Qué debo hacer para ser salvo?” (Hechos 16:30), Pablo no dijo: “Aprende a Jesús y serás salvo” ¡No! Pablo no dijo: “Cree algo acerca de Jesús y serás salvo”. ¡No! Pablo dijo: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:31). La prueba de la conversión no es cuánto creemos acerca de Jesús. ¡No no! La prueba de la conversión es

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”
       (Hebreos 12:2).

“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (I Juan 4:10).

Deja de buscar doctrinas o información en la Biblia. Nunca encontrarás lo suficiente para salvarte. En vez de eso, mira hacia arriba, mira fuera de ti mismo, mira lejos de ti mismo, lejos de las doctrinas – mira a Jesús solo, y Él te salvará por Su Sangre y justicia. ¡Pon tus ojos en Jesús por fe! ¡Pon tus ojos en Jesús sin saber lo suficiente! Y cuando surjan dudas, examina a Jesús de nuevo. Sigue examinándolo a lo largo de tu vida – ¡y lo examinarás en la gloria del Cielo! No necesitas conocer todos los detalles de la Biblia para ser convertido. Deja de preguntarte y pensar en ello. ¡Deja de buscar más información! ¡Mira a Jesús! Mira a Él golpeado y azotado, crucificado y sangrando en la Cruz. Mira a Él resucitado y ascendido a la Gloria, a la diestra de Dios el Padre. ¡Pon tus ojos en Jesús y sé salvo!

Nunca tendrás suficiente bondad, o santidad o información para ser salvo. Pero si apartas la mirada de ti mismo, y no te miras a ti mismo, sino mira hacia arriba fuera de ti mismo a Jesús – ¡serás salvo por Su Sangre y justicia en un instante! ¡Jesús es el objeto de la fe salvadora! No un sentimiento, o una doctrina, o un análisis, ¡Jesús Mismo te salva! ¡Pon tus ojos en Jesús! “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” (Hebreos 12:2). Deja que eso sea tu objetivo. ¡Que eso sea tu salvación – y nada más!

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”
       (Hebreos 12:2).

¡Pon los ojos en Jesús – no en ti mismo!

Mira al Cordero de Dios.
Mira al cordero de Dios.
Porque él solo puede salvarte,
Mira al Cordero de Dios.
   (Traducción libre de “Look to the Lamb of God”
      por H. G. Jackson, 1838-1914).

Escucha lo que le pasó a un joven que fue recientemente convertido en nuestra iglesia. Él dijo: “En este punto, estaba mentalmente agotado. Empecé a ver que no importaba lo que hiciera, no podía salvarme de mi pecado, mi pecado de no confiar en Jesús, mi pecado de creerme justo. Yo estaba indefenso. Yo estaba luchando dentro de mí tratando de confiar en Jesús, pero mi orgullo no me dejaba. Me escondía de la gente, no podía sonreír durante el saludo, no podía pretender que todo estaba bien. Me senté y escuché el sermón que era predicado, pero no oí nada. Abandoné toda esperanza. Me di por vencido. Sentí que mi pecado presionaba todos mis pensamientos, todos mis sentidos. Me sentía harto de estar vivo. [Pero en un] momento, por un milagro, Jesús vino a mí, y por primera vez en mi vida, confié en Él con todo lo que tenía. Yo estaba tratando de venir a Jesús pero no podía, y Jesús vino a mí cuando pensé que nunca sería salvo. Cuando Jesús vino a mí, fue tan fácil confiar en Él. Con una fe sencilla pero genuina, Jesús me aceptó y me lavó con Su Sangre. Con simple fe en Jesús, Él me salvó de todos mis pecados”.

¡Confía en Jesús! ¡Mira a Jesús como lo hizo este joven! ¡No te mires a ti mismo, ni a la Biblia, ni a nada más! ¡Mira a Jesús, y Él te salvará! Amén.


CUANDO LE ESCRIBAS A DR. HYMERS DEBES DECIRLE DE QUE PAÍS LE ESTÁS ESCRIBIENDO O ÉL NO PODRÁ CONTESTAR TU CORREO. Si estos sermones te bendicen por favor envía un correo electrónico a Dr. Hymers y díselo pero siempre incluye de qué país estás escribiendo. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net (oprime aquí). Puedes escribirle a Dr. Hymers en cualquier idioma, pero escribe en Inglés si es posible. Si deseas escribirle a Dr. Hymers por correo postal, su dirección es P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Puedes llamarle por teléfono al (818) 352-0452.

(FIN DEL SERMÓN)
tú puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet
en www.sermonsfortheworld.com.
Oprime en “Sermones en Español”.

Estos manuscritos de sermones no tienen derechos de autor. Pueden ser usados
sin la autorización de Dr. Hymers. Sin embargo, todos los mensajes de video de
Dr. Hymers, y todos los otros sermones en video de nuestra iglesia, sí tienen
derechos de autor y solo pueden ser usados con autorización.

La Escritura Leída Antes del Sermón por el Sr. Aaron Yancy: Isaías 53:1-3.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
      “Look to the Lamb of God” (por H. G. Jackson, 1838-1914).


EL BOSQUEJO DE

¡PON TUS OJOS EN JESÚS – NO EN OTRA PARTE!

Un sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr.
y predicado por el Sr. John Samuel Cagan

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” (Hebreos 12:2).

(Isaías 53:3)

I.   Primero, estás ambivalente acerca de Jesús, Santiago 1:8.

II.  Segundo, pon tus ojos en Jesús, no en la Biblia, Isaías 53:3;
II Timoteo 3:7; Juan 20:28, Hechos 16:30, 31; I Juan 4:10.