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COMO AARÓN Y SORIYA por Dr. Kreighton L. Chan Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles |
Gracias por haber venido a la boda de Aarón Yancy y Soriya Samouth. Ellos están muy contentos de que hayas venido a compartir esta feliz ocasión con ellos. Pero, antes de la ceremonia, me pidieron que diera un breve sermón. Por favor pónganse de pie mientras leo uno de los versículos favoritos de Soriya:
“La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”
(I Juan 1:7).
Se pueden sentar.
Muchas personas se han dado cuenta de que algo anda mal en nuestro país. Los políticos de ambos partidos políticos parecen no saber lo que están haciendo. Una encuesta reciente, dio al Congreso sólo un índice de aprobación del 10%. ¡Piénsalo! El noventa por ciento de los Estadounidenses desaprueba todos los políticos en Washington. Están especialmente enojados con el Partido Republicano por haber cerrado el gobierno la semana pasada. El índice de aprobación de los pastores y otros líderes religiosos también está bajo. Una encuesta indicó que más muchos de los Estadounidenses piensan que los pastores y sacerdotes Cristianos son hipócritas hambrientos de dinero. Y nuestros colegios y universidades se están desmoronando ante nuestros ojos. Un artículo reciente en el diario Los Angeles Times mostró que nuestro sistema universitario de California carece de dinero suficiente para hacer incluso las reparaciones menores en sus edificios. Mientras tanto, muchos estudiantes universitarios con quienes hablo empiezan a preguntarse si una educación universitaria les ayudará cuando se unan a la fuerza laboral. Y muchos jóvenes piensan ahora que nuestro país va en la dirección equivocada. A menudo dicen que se preguntan si hay alguna esperanza para ellos.
Jesús enseñó que todas las dificultades y problemas del hombre vienen de un corazón pecaminoso. En el capitulo quince del Evangelio de Mateo, Jesús dijo que es el corazón el que contamina a la persona. Él dijo: “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre” (Mateo 15:19-20).
Cuando yo era niño era muy enfermizo. Pasee varios años a solas en un cuarto de hospital cuando era niño pequeño. Estuve literalmente encerrado allí – como en pena solitaria en la prisión. No había modo de conseguir pornografía, o drogas, o alcohol estando asolado en aquel hospital. Sin embargo yo era atormentado por el pecado. Pero mi pecado no venía de afuera. Venía de mi propio corazón engañoso y pecaminoso. El profeta Jeremías dijo: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9). Eso era cierto de mi propio corazón. Aunque me sentía atrapado en aquel hospital, mi mente y mi corazón eran como nido de serpientes, lleno de rebelión y pecado. Me sentía tan solo y pecaminoso que no pensaba que viviría para llegar a ser adulto. Pero por la gracia de Dios salí del hospital y fui a la universidad. Entonces vine a esta iglesia, y encontré a Jesús. Él perdonó mis pecados, me dio una nueva vida, y cambió mi corazón.
La otra noche Aarón dijo que él era escéptico de toda religión cuando era joven. Él dijo que no creía que había un Dios, y no confiaba en los predicadores que había oído porque él sabía cuan grande era el pecado y la hipocresía entre el clero. Pero un día el Sr. Matsusaka llevó a Aarón a la casa de Dr. Hymers después de jugar baloncesto. Dr. Hymers miró por su ventana y dijo: “Ese joven tiene hambre”. Y le dijo al Sr. Matsusaka: “Tráelo adentro y dale de comer”. Poco tiempo después de eso el Sr. Matsusaka trajo a Aarón a esta iglesia. Al principio no le agradaba el pastor, pero después de cierto tiempo pensó: “Ese señor nos dice exactamente lo que piensa. No trata de agradarnos”. Después de varios meses Aarón confió en Jesucristo y se volvió un Cristiano sobresaliente. Dr. Hymers me dijo: “Me encanta oírlo orar. Él ora como un hombre fuerte, como un soldado de Jesús”.
Ves, Aarón estuvo cara a cara con Jesucristo. Y Jesús cambio su corazón, y lo limpió de todo pecado con Su propia Sangre – que Él derramó en la Cruz.
Soriya también tuvo un encuentro divino-humano con Jesús que cambio su corazón. Ella dijo: “Dr. Hymers predicó fuerte y duro sobre el pecado. Sentí como si una espada me atravesó el corazón. Dolía. Esos pecados que mencionó eran míos. Antes de venir a la iglesia era una niña limpia e inocente. Pero cuando escuché la predicación vi que yo era una pecadora. Me acordé de los pecados de mis pensamientos, la mentira y pecados vergonzosos que nunca iba a dejar que nadie supiera. Ahora mis pecados estaban a la intemperie. Dios veía todo en mi corazón. Lloré y lloré, esperando que mi pecado simplemente desapareciera. Pero eso no funcionó. Me sentí tan avergonzada. Pensé que Dios me odiaba completamente. Me sentía sin esperanzas”.
“Llegó el Domingo en la noche, y cantamos ‘Casi persuadido a creer, casi persuadido a recibir a Jesús…casi no bastará, casi es fracasar!. Triste será el final, Casi – pero perdido!” Yo pensé: “¡Esa soy yo! Nunca hallaré a Jesús; ‘casi, pero perdida – soy yo!’ Lloré y lloré. Entonces pensé: “Haré lo que sea para deshacerme de mi pecado’. Hubiera dado mi vida si eso hubiera hecho desaparecer mis pecados. Entonces Dr. Hymers dijo que Jesús murió por mis pecados. Si yo confiaba en Jesús, Él quitaría mi pecado para siempre. Lo oí, pero parecía tan irreal”.
“Luego fuimos llevados al cuarto de consejo. Dr. Hymers me dijo que me arrodillara y confiara en Jesús. Fue entonces cuando yo confié en Jesús solo. Yo no discutí conmigo misma ni traté de hallar un modo perfecto de venir a Jesús. Solamente vine y me lacee sobre Él. Y Jesús me salvó de todos mis pecados en ese momento. Fue todo por gracia. Mis pecados fueron lavados, limpiados por Su Sangre preciosa. Casi no podía creerlo. Jesús me salvo a mi aunque yo le había rechazado a Él tantas veces. Él siempre estuvo allí escuchando, mirando, y orando por mí. Yo me preguntaba por qué Jesús amaría a una persona como yo. La respuesta era tan simple. Era porque Él ama a los pecadores y yo soy una pecadora. Fue un milagro y definitivamente fue la gracia de Dios. Yo nunca hubiera visto el amor de Jesús si no fuera por la gracia de Dios. Fue un sentimiento de alivio saber que mis pecados fueron perdonados. Yo no podía resistir pensar que Jesús había sufrido aunque era inocente. No hay palabras perfectas para decirle gracias a mi Señor Jesús. No hay acción que pueda describir mi gratitud a Él. Él atravesó amargura y dolor solo por mí. Él nunca se quejó, en vez sonrió al ser torturado. Yo podía sentir el dolor cuando Él fue a la Cruz. Yo sabía que Él murió en mi lugar, como sustituto mío, para pagar la pena por mi pecado, y para limpiar mis pecados con Su propia Sangre. La Biblia dice: “la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (Juan 1:7). Yo nunca pensé que alguien podía tener un amor tan fuerte por otra persona. Jesús me ama a mí y Él murió por mí. Yo merecía estar en aquella cruz por mis pecados. Yo merecía ser castigada por Dios. Yo estaba supuesta a estar en esa cruz. Pero mi Salvador fue allí por mí. Yo le debo mi vida. ¡Él es mío para siempre y yo soy Suya para siempre también! Su sacrificio fue por mí. Yo lo amo y viviré para Él. Le doy gracias a Dios por darme la gracia y la fe para confiar en Jesús, y le doy gracias a Dios por dar a Jesús para que una pecadora creyera. Jesús es mi Salvador y yo le serviré a Él el resto de mi vida”.
Aarón y Soriya ambos se volvieron Cristianos verdaderos, y sus corazones fueron cambiados por el Jesús vivo. Él está vivo ahora a la diestra de Dios arriba en el Cielo. Si todavía no has tenido un encuentro divino-humano, que cambia la vida, con Jesucristo, es la oración de Aarón y Soriya que tengas dicho encuentro pronto. Dios los bendiga.
Ahora Ron, Debbie y Geoff tocarán un interludio musical mientras las velas se encienden y se coloca el corredor. Amén.
(FIN DEL SERMÓN)
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El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“Jesus, Only Jesus” (por Dr. John R. Rice, 1895-1980).